LA VIGENCIA DE LA IGLESIA LIBERADORA EN EL MARCO DE LA  V CONFERENCIA EPISCOPAL LATINOAMERICANA

 

Teólogo P. José Comblin

Sótero del Río 475, Oficina 203, fono – fax 696 4491, Santiago-Chile Enorella

 

El tema anunciado es “La vigencia de la Iglesia Liberadora en el marco de la V Conferencia Episcopal Latinoamericana”. No sé si muchos habrán leído el documento preparatorio que el CELAM publicó recién y que es bastante abundante. Yo cuando lo leí no obtuve mucha incitación y pensé ese es el estilo Schoenstatt. No es el estilo Opus Dei, ni tampoco el estilo Comunión y Liberación. Es el típico estilo schoenstattiano. Lo que se explica bastante con un presidente del CELAM schoenstatiano ¡ah! No, no. Es extraordinario que tenga una tonalidad actual, mansa y dulce, con un lenguaje que nos lleva al cielo y desde el cielo contempla lo que está pasando en el mundo. Entonces así tratando todos los asuntos pero en un nivel de generalidad tal que... bueno de ahí se puede sacar todo y nadie se sentirá molesto con eso. Bueno, pero esto es un primer texto y seguro no será el documento de trabajo en aquel tiempo, de tal modo que todavía se puede reaccionar y entonces cambiar.

 

Hay un primer tema que no está abordado aquí y que es el de los nuevos pobres. Se habla de los nuevos pobres en forma general. Pero en forma tan general que de ahí no se sabe cuál es la forma de acción, y cómo se debe actuar. Ahora bien, los nuevos pobres son todos los salidos del campo. O sea, ahora el 85% ó 90% de la población latinoamericana vive en las ciudades. Es decir, los últimos campesinos están saliendo y ahora América Latina es casi una colonia prácticamente de la Monsanto. Todo el campo argentino transformado en campo de soya. En el Brasil 5 ó 6 Estados están prácticamente dominados por cultivo de soya y todo lo demás queda eliminado y estos en manos de algunas super empresas en que utilizan todas las tecnologías de la Monsanto. Más aún los transgénicos han sido aprobados por sorpresa en el Congreso a pesar de todas las campañas. Un día el Congreso votó y ahí la Monsanto ahora triunfando puede vender todos sus productos y todo el país naturalmente va a pagar royalty a la Monsanto. Por eso en el aeropuerto de Sao Paulo la Monsanto ha instalado esas pequeñas columnas de televisión, en cada lugar. Allí se puede contemplar todas las maravillas que la Monsanto es capaz de realizar por el mundo,  luchando contra el hambre que existe en el mundo.

 

Entonces con eso todos los campesinos están en las ciudades, pero perdidos, porque lo que sabían del campo no sirve y no están preparados para ejercer en ningún lugar y ningún oficio dentro de una sociedad urbana. Entonces son pobres y no calificados en un mundo de una sociedad que exige una calificación cada día y cada vez más fuerte y rígida. Entonces cuando nacen ya saben que nunca tendrán una posición, nunca tendrán un trabajo, nunca serán registrados como trabajadores. O sea, van a tener que buscar un sistema de subsistencia precario como vendiendo cosas en la calle y cositas semejantes. En Brasil más de la mitad de los trabajadores no son oficialmente trabajadores, no tienen un registro, no tiene cartera profesional, como se dice. Ahí viven de los lavados de los coches que se estacionan en las calles, otros de la vigilancia de los coches y en cada restaurant hay uno o dos. En cada lugar público uno o dos que sencillamente viven así, de una limosna, vigilando y aseando los coches. O sea, son los nuevos pobres, los que no tienen formación, no tienen calificación.

 

Sus hijos tienen escuelas en las que no se enseña nada y que no les servirá para nada más tarde y donde no van a adquirir ninguna formación o calificación y viven en casitas miserables en donde no hay condiciones para estudiar. No hay ninguna condición para estudiar. Entonces ya son pobres definitivamente y sin remedio. Claro que para adolescentes que descubren esa situación es un problema, es un problema muy grande. Yo me quedo siempre en la admiración al ver cómo tantos jóvenes, viviendo ahí en esa situación, concientes de esa situación, ¿y todavía se portan bien? Todavía tienen un comportamiento pacífico. ¿Cómo es posible que todavía exista ese milagro? Que jóvenes que viven una situación así y sabiendo cual es el porvenir que tienen, ¿y todavía tienen la capacidad de mantenerse con dignidad y respetándose y tratándose bien los unos a los otros? Claro que hay algunos que no lo logran y caen en los vicios y todo eso.

 

Bueno esto supone un desafío grande. Porque es el desafío de hacerlos capaces de entrar un día en la sociedad urbana. Esto supone una preparación y una formación de los niños y de la juventud, que puedan adquirir una calificación suficiente para tener un empleo, para <poder integrarse dentro de esta sociedad>. Bueno, cuando los pobres eran campesinos ese problema no existía, porque en la familia aprendían todo lo necesario para cultivar. Y lo que han aprendido no sirve más y en los barrios populares poco es lo que aprenden en la televisión. Pero sobre todo no hay ambiente para aprender, no hay motivación. Los profesores no tienen motivación y entonces no educan, no enseñan, están desanimados y entonces entregan esa juventud a esa situación. Los nuevos pobres...

 

Y los Estados todavía parece que no los toman en cuenta. Esto supondría una reforma de la educación muy profunda y sobre todo una formación de un cuerpo docente con otro ánimo y con otra mentalidad. Bueno, esto mantiene esta situación. Es una situación de depresión y ahí hay pasividad política, pasividad de relación con todas las actividades sociales, porque no tienen visión de futuro. Estuve en Venezuela y se puede criticar un montón de cosas tal vez, pero por lo menos la mentalidad del pueblo es que “ahora sí, ahora vale la pena estudiar, ahora vamos a aprender, ahora las cosas están cambiando”. O sea, el ambiente en las poblaciones y en el mundo..., el ambiente ha cambiado. “Bueno, ahora las cosas van a caminar”. A partir de ese momento de hecho aprenden. Y eso es importante y toman una actitud activa. El documento de la Conferencia Episcopal es muy duro para Hugo Chávez. No lo nombran, pero todo el párrafo es para él. Claro que es la actitud del Episcopado Venezolano que está al frente de la oposición a Hugo Chávez en Venezuela, al frente de las luchas burguesas en contra de él. No es extraño que el Episcopado del CELAM refleja la opinión del Episcopado Venezolano. Pero eso puede engañar a muchísima gente pensando en que ahí no hay nada que se pueda aprender.

 

Bueno, la nueva pobreza también incluye una pobreza cultural. O sea, coexiste con una cultura mercantilizada. En que todo es mercadería. Y en que todos los bienes culturales que se desarrollan están en función de la publicidad de la televisión. Entonces la cuestión es audiencia, audiencia y más audiencia y siempre más audiencia y se tiene más audiencia con emisiones más mediocres naturalmente. Que exaltan sentimientos muy primitivos, muy sencillos, no educan de ninguna manera, porque eso supone esfuerzo, y no se va a lograr audiencia de 40% con emisiones culturales. Entonces esa mercantilización de la cultura hace que al final no tiene cultura. O sea, elementos dispersos... así... hay, pero una integración cultural no se hace. No se hace. Entonces por ahí también los nuevos pobres son también pobres mentalmente, pobres culturalmente, pobres en la manera cómo se aprecian, cómo se juzgan, cómo perciben las cosas, no tienen sabiduría, no tienen opiniones, no tienen... En fin los viejos campesinos tenían una cultura. Tenían una cultura tradicional, pero que les permitía construir una personalidad. Y ahora en las ciudades esto que es muy difícil; construir su personalidad a partir de los fragmentos de cultura que la televisión les ofrece. Es muy difícil. Es también una pobreza cultural. Esto supone otra política y justamente la de ofrecer condiciones para que puedan efectivamente integrarse en una cultura, tener una visión del mundo y del lugar que cada cual está llamado a ocupar en este mundo.

 

Bueno. Claro que es uno de los factores que explican, pero también hay otros que explican por qué las masas populares se van hacia las Iglesias pentecostales. Lo que actualmente es muy frecuente. En Brasil en el año 2000 el 74% de la población se declaraba católica y este año el 67%. O sea, se perdió el 7% de la población en 5 años. (12,6 millones de católicos). Si se sigue así, en 20 años más ya no habrá católicos en el mundo popular. Lo que ya también es la situación en América Central en que el 40% son pentecostales. ¿Ahora que pasa? Es que ahí el mensaje es muy sencillo. Es una presentación de Jesús, es una presentación del cristianismo, de la vida a partir de sus necesidades vitales, de la salud, de la salud. El demonio que nos provoca así con muchos daños, con muchos problemas. O sea, tiene una visión muy, muy simplificada de la religión. Y los pastores les ofrecen la respuesta.

 

Además de eso hay otro problema: que los pastores les hablan de Jesucristo y los sacerdotes católicos no hablan de Jesucristo. Es decir, no anuncian el evangelio. Y creo que son definitivamente incapaces de anunciar el evangelio. Hablan de la doctrina de la Iglesia, del catecismo y sobre todo de la Iglesia. La predicación de los sacerdotes es una exaltación de la Iglesia, es decir, una exaltación de sí mismos. Eso no edifica mucho. No convierte mucho y no atrae mucho, no se dan cuenta. Y ni siquiera se dan cuenta. Y creo que conté ayer sobre lo que me pasó cuando hace un mes para los retiros de los lazaristas, ¡que son especialistas de misiones! Especialistas de misiones. Y he tratado de explicarles que ellos no hablaban de Jesús. No hablaban de Jesús y... estaban así, muy bien. Y luego después viene la Eucaristía y el Superior de la Provincia, ahí en la eucaristía habla 20 minutos. Y en 20 minutos no citó el nombre de Jesús ninguna vez. Ninguna vez. No se ve. No se da cuenta, pero habla de la grandeza de su congregación, de los carismas, de nuestra identidad, de un montón de cosas. O sea, que en la práctica siempre habla de sí mismo. De nosotros, de nuestra institución, de lo que nosotros somos. Pero eso no interesa a la masa popular. Claro que no interesa. Ahora ellos tienen interés en Jesús. Porque Jesús es lo único que da todavía un sentido a nuestra vida. O sea, si no hubiera Jesús ahí la vida no tiene ningún significado. Pero entonces eso es y ellos vienen a dar a Jesús, esto es, eso es. Y entonces hay que agarrar a Jesús, por lo menos así somos algo en el mundo. Somos. De lo contrario ya como la sociedad nos rechaza y ni siquiera nos contempla y no nos considera, bueno, por lo menos hay Jesús.

 

La cuestión de los nuevos pobres es un desafío grande. Ahí esas cosas no aparecen pero se podría, se podría introducir.

 

Otro tema que no aparece es el silencio de la doctrina social de la Iglesia. Lo plantea el Padre Calvez que nadie acusará de ser extremista. Es el jesuita que redactó las encíclicas que configuran una tradición ya muy larga. En su último libro que tiene por título “Los silencios de la doctrina de la Iglesia”, se refiere a las cosas en que la doctrina social no entra, no define, no alude. Y en primer lugar dice “la doctrina social de la Iglesia no cuestiona el sistema”. Es decir, el sistema capitalista. Sin embargo, muestra siempre más su extensión, y su penetración en todas las áreas de la vida.

 

En su último libro: “El gran quiebre”, Francis Fukuyama explica que en EE.UU. hasta hace pocos años la idea dominante era que había dos moralidades: una para la economía y otra para la vida de familia. Y entonces que este sistema de lucha, de dominación que hay en la sociedad económica, con todas las dinámicas de una sociedad capitalista no entra en la familia. Ahí se preservan las virtudes tradicionales. Ahora dice que en los últimos años esto se acabó. Ahora en la familia las virtudes tradicionales ya no se mantienen. Con el espíritu del dinero todo es transformado en mercadería; todo se vende y todo se compra. Y entonces con eso aún la familia está en vías de disolución. Él cree que el capitalismo en sí es suficientemente fuerte para rehacer todo lo que ha destruido. Pero hay que tener mucha fe. Hay que tener mucha fe para creer que después de haber destruido la familia ahora van a reconstruirla  y... ¿Cómo? ¿Con qué?

 

Bueno. Entonces, silencio sobre el sistema. De tal modo que siempre se habla del capitalismo exarcerbado, el capitalismo extremo, pero el sistema como tal no es juzgado. Había habido una esperanza con la encíclica de Juan Pablo II “Laborem Exercens. Ahí había una perspectiva, porque hasta entonces la doctrina social de la Iglesia cuando habla del ser humano lo ve siempre como propietario, o sea, lo que califica más definitivamente, lo que es necesario para que el ser humano subsista, es la propiedad. Entonces tiene que defender la propiedad. El derecho de propiedad que es lo más básico y lo más fundamental.

 

Ahora en Laborem Exercens, Juan Pablo II ahí destaca el trabajo. Lo que hace el ser humano es el trabajo. Lo que hace su valor. Lo que le permite ser hombre. Bueno eso es casi marxista. Entonces ahí se podría pensar a partir de eso. A partir del hombre como sujeto que se construye a sí mismo. Entonces de ahí se puede llegar a una crítica de todo el sistema en que lo que vale es la producción de dinero, y  el crecimiento del dinero.

 

Pero después ya no entró más en ese asunto. ¿Por qué?... No se explicó. Pero en las encíclicas siguientes ya no se entra más en eso. Y vuelven a decir lo tradicional. Una sospecha... en el año 1983-1984 el Vaticano hizo alianza con el presidente Reagan de los EEUU y ahí entonces nombraron embajador en el Vaticano y la Iglesia católica se comprometió a luchar contra el comunismo en América Central. O sea, contra los sandinistas en Nicaragua, contra el movimiento de Liberación Nacional en El Salvador, y contra los movimientos Populares en Guatemala. Eso es acuerdo secreto. Pero todo se revela al final después de algún tiempo de hechos los acuerdos. Y por eso que la actitud tan dura del Papa y del Vaticano con relación a Nicaragua y a los movimientos de El Salvador. Y eso explica que no se habla más del trabajo. Claro que eso no agradaría mucho a la ideología oficial de los EE.UU. y entonces es mejor ahí silenciarlo. Es un silencio probablemente voluntario, no es por olvido, pero es un silencio voluntario y no se critica el sistema.

 

Pero si no se critica el sistema ¿qué se hace? ¿Qué es lo que los católicos tienen que hacer? Bueno, luchar contra el capitalismo salvaje, pero eso ¿qué es? Bueno mantienen las estructuras, ahora no es tan salvaje ¿cuál es el límite? ¿Y el límite donde está? ¿Qué tipo de acción hay en contra de la salvajería? Así que en la práctica continúa dando apoyo al sistema. Con restricciones que no provocan y no justifican ningún cambio básico, ningún cambio fundamental. Silencio de la doctrina social de la Iglesia. Aquí no se habla de los silencios, de ese silencio. Porque hasta hace 30 ó 20 años el capitalismo todavía no entraba en todos los sectores de la vida, había elementos de la cultura antigua que permanecían, por ejemplo la familia. En buena parte de la educación todavía había una parte de formación humanista pero ahora todo eso ya desapareció. Y todo eso desapareció. Y ahora existen solamente los valores financieros. Hay que preparar y orientar toda la formación hacia la economía. La economía va a absorber todo.

 

Entonces en este momento el capitalismo envuelve casi toda la existencia humana y en todos los sectores e incluso el sector religioso. Porque ahora desarrolla mucho el marketing católico, no sé si aquí es oficial (risas). Pero en Brasil hay un instituto de marketing católico que publica una revista y ya están en el 7° Congreso Nacional de Marketing Católico. Y ahí se trata justamente de ver a la luz del marketing y de las agencias de publicidad qué es lo que hay que hacer para tener adhesiones, para tener plata, para tener mucha gente y de qué tipo y organizar reuniones, eso está en pleno desarrollo y con mucha simpatía en la jerarquía. Con mucha simpatía. Porque como están perdiendo muchísima gente, bueno... la solución entonces es el marketing. Así es, es el marketing. Y si eso va a funcionar, ¿y dónde va a funcionar? Pero también esto supone una vulgarización de la religión.

 

O sea, hay Iglesias neopentecostales que lo practican sistemáticamente y una de las más famosas es la Iglesia Universal del Reino de Dios, que nació en Brasil hace 30 años. Ella lo practica sistemáticamente. ¿Y para eso qué? Bueno, hay que multiplicar los milagros, al frente del templo de la catedral un aviso dice “aquí se hacen milagros”. Ahí de hecho ellos muestran los milagros que hay, los ciegos que ahora ven, los paralíticos que se levantan, en fin un montón de milagros, y la gente explica todos los milagros que hubo. Y después se preguntan ¿quién entró aquí con dolor? ¿Alguien ahí en el estómago? ¿Y ahora cómo está? ¿Se le pasó? ¡Se pasó! ¡Milagro, milagro! Por eso si se quiere pasar por el marketing habrá que hacer milagros ¡eso es lo que atrae más! Y expulsar los demonios también. Y expulsan demonios, muchos demonios. Se hacen muchos exorcismos, porque eso también atrae.

 

O sea, en todo el mundo popular hay la convicción que tantas desgracias, que tantos males que suceden todo puede ser el demonio, sólo puede ser el diablo, entonces el pastor expulsa el diablo públicamente. Y ahí entonces el diablo se va y naturalmente es una maravilla ¡es una maravilla! Entonces el marketing tiende sistemáticamente a bajar el nivel. Y a dirigirse a lo que es más espontáneo y lo más normal, natural, lo más animal en el ser humano, que quiere vivir y piensa que hay un remedio que va a darle la salvación del mal que lo aflige.

 

Entonces, eso es parte del capitalismo entrando incluso en la religión. Pero en el último congreso en las últimas semanas en Brasil, en Garaperi, una de las playas de lujo el marketing merece buenas condiciones y estuvo el Cardenal de Sao Paulo Claudio Hummes, y hablando bien bonito sobre el marketing y entonces dando una gran bendición sobre el marketing y no hay dudas que eso va a crecer y eso va a aumentar.

 

Porque, quien está metido en toda una dinámica en la que todo se vende y todo se compra, ¿y entonces la religión también? ¿La salvación también? Todo se vende, todo se compra. Hay  que saber organizar el comercio. Hay que saber vender como dijo el P. Eduardo Daugherty que es fundador y Director de la Renovación Carismática en Brasil. Él en una conferencia decía: “Nosotros cristianos lo que nos falta es conocer el marketing. Porque nosotros tenemos la mejor mercadería del mundo que es Dios, que no cuesta nada, pero no sabemos venderla”. “Y hay que aprender a vender esa mercadería”. Entonces no hay problema de plata. Y tantos obispos que se quejan que son deficitarios, que no hay cómo mantener las diócesis. Problemas de plata no existen”. Y de hecho no existen y son riquísimos. La Renovación Carismática ha fundado toda una cadena de televisión de 70 a 80 retransmisores en el país. Y con programas comercialmente buenos.

 

Silencio de la Doctrina Social de la Iglesia en cuanto al sistema como tal. Parece que no ven a dónde va, y cómo eso tiende a desintegrar.  Piensan que se va a salvar la familia, la ética, la vida profesional, y todo eso, y la vida religiosa. Que esos van a defenderse de la penetración del capitalismo, pero ahora se ve que no hay nada. No hay nada que se puede escapar. Y ahora está penetrando en todo.

 

En cuanto a la Doctrina Social de la Iglesia el P. Calvez también dice: “Si la Iglesia se queda en la doctrina... en la situación actual nadie se interesa por las doctrinas.” Y entonces de esas doctrinas sale una encíclica... ¿Quién lee esa encíclica? ¿Cuántos leen? ¿Cuántos toman conocimiento? ¡Nadie! Los periódicos dan un pequeño resumen. ¿Así entonces quién lee? Nada más que el título, ¿aah la encíclica del Papa? Muy bien. No interesa.

 

Es decir, la Doctrina Social de la Iglesia no tiene influencia, no tiene penetración, y no tiene ningún efecto en la sociedad. Porque doctrina no es un medio de acción, no es un medio de actuación. Eso está bien en los seminarios -puede ser que estén interesados en eso– pero el gran público no se interesa.

 

Entonces se requiere acción, actos. Actos fuertes, proféticos que llaman la atención y ahí se abren los ojos. Ahí si se abren los ojos.  En Brasil en el mes pasado hemos tenido un gesto muy interesante. Un obispo franciscano inició una huelga de hambre para exigir un debate público sobre uno de los proyectos faraónicos como dicen en Brasil –son esos proyectos de miles y miles de millones de dólares. Este proyecto faraónico que consiste en la transposición de aguas del río San Francisco –que es uno de los grandes ríos– aproximadamente a 150 kilómetros de distancia. Y se trata de crear canales y de levantar el agua a 300 metros de altitud –imagínense cuanto de energía se hace necesaria a 300 metros de altura para después llevar esa agua a 3 ríos con la finalidad de que esos ríos que en tiempo de sequía y escasez tienen prácticamente poca agua puedan tener agua todo el año. Bueno, eso no se dice.  Lo que se dice es que es para quitar la sed a todos los habitantes del nordeste que se quejan que escasean las lluvias y todo lo demás. En el plan no hay ninguna gota de agua que será para los campesinos. Todo irá para los 3 valles.

 

Uno de los proyectos más importante está en el Estado de Ceará, en el valle del río Jaguaribe. Bueno, hace dos semanas el gobernador de Ceará inauguró solemnemente el centro de producción y exportación de frutas en el sector que la compañía Fyffes Pineapple Limited, ya  empezó a exportar la primera producción de plátanos. Y el próximo año ya van a quintuplicar la producción y después van a aumentar la producción con 5 frutas diferentes, todo para la exportación. E incluso el gobierno a través del Estado va a hacer una carretera especial porque habrá tantos camiones para transportar las exportaciones al puerto de Ceará. O sea, esa agua va a servir para que la empresa multinacional Fyffes Pineapple Limited, pueda hacer todo su trabajo de producción para la exportación. El Brasil le da de gracia la tierra, el agua, la energía. Todo. Eso no se dice, pero es así.

 

Y entonces el obispo ahí empezó una huelga de hambre para exigir que el asunto sea debatido y que haya un debate público. Y pidiendo al presidente que suspenda los trabajos y las obras hasta que se organice un debate público. Pues no hubo un debate público de esto. En que siempre se esconde algo que no aparece. E inmediatamente todos los periódicos y las estaciones de televisión ahí están todos alarmados, y todo el mundo empieza a hablar. Y muchísimas gentes, grupos, asociaciones, técnicos que no estaban de acuerdo con el proyecto ¡ahora sí! ¡Ahora sí son atendidos y escuchados! ¡¡Nada más porque una persona inauguró una huelga de hambre!!

 

Bueno, como era obispo ¿qué hizo el gobierno?, ¿Qué hizo el presidente? Mandó a su embajador en el Vaticano solicitando a la Santa Sede que impida que el obispo intervenga para impedir prosiga haciendo eso. Entonces ahí viene un mensaje del cardenal  Re, de la congregación de los obispos, para condenar y pidiendo que no siga desobedeciendo a la ley de Dios, porque la ley de Dios es la prioridad de la vida. Lo primero que tiene que hacer es salvar su vida. Doctrina entonces de Dios, pero creada por el cardenal. Pues no se ve en dónde Dios habrá dicho eso, pero el cardenal habla a nombre de Dios y entonces lo reemplaza. Cuando Dios no habla, el cardenal lo reemplaza (risas). Entonces, primero la Iglesia nunca había condenado una huelga de hambre. Cuando hubo huelga de hambre en Irlanda a partir del año 1916 y años siguientes, con ocasión de la lucha por la emancipación de Irlanda, pues bien, algunos hicieron huelga de hambre y el episcopado no los condenó, más bien condenó al gobierno inglés, que no quería ceder. Pero dio apoyo. Los moralistas católicos todos dicen que hay casos en que eso es legítimo, es el único recurso y el último recurso, porque si no las autoridades no dan atención.

 

Bueno, para decir que un gesto así produce más que todas las encíclicas y todos los documentos, y las conferencias episcopales, y todo aquello que nadie lee. Pero cuando se hacen algunos gestos que vienen a cuestionar justamente una política determinada, un sistema de injusticia determinada, ahí provocan de repente un despertar. Claro que él se instaló en una capillita vieja al lado del río, pero miles de campesinos inmediatamente viajaron para besar la mano, para pedir la bendición, y en fin más cosas. Un hombre que se preocupa por ellos.

 

Bueno, entonces eso es un ejemplo, pero veo que combina bien con lo que dice el P. Calvez, sobre los silencios de la doctrina social de la Iglesia. Bueno me queda poco tiempo, así entonces no voy a insistir demasiado. Lo que hay aquí es ninguna alusión a necesidades de reformas de estructuras en la Iglesia. Todas sus  estructuras están hechas para el campo y una Iglesia rural. Entonces ninguna adaptación a una Iglesia de tipo urbano. O sea, 100 años de sociología religiosa completamente inútiles. No se consulta absolutamente a nadie, y ninguna alusión. O sea, las ciencias humanas sin ninguna alusión, eso no existe. Eso no existe. Sociología no existe, sencillamente lo que vale es la intuición de algunos religiosos piadosos ciertamente, pero, ¿por qué no consultan? ¿Por qué no consultan?

 

Y entonces se propone como actividad para la Iglesia la organización de una gran misión continental. ¿Eso va a salvar a la Iglesia? ¿Eso va a impedir que se vayan a los pentecostales? ¿Y que los intelectuales se aparten? ¿Con esa gran misión continental? ...  ¿Y quién va a hacer esa misión? ¿Quién va a predicar esa misión? ¿El clero? ¡El clero es radicalmente incapaz de ser misionero! Está preparado para trabajar en las parroquias, para administrar parroquias pero fuera de la parroquia ya no sabe qué hacer y no sabe qué decir. Entonces el clero es radicalmente incapaz de organizar misiones y hacer misiones y de tomar una actitud. Y eso no se va a cambiar en un año. Además no tiene ninguna intención de cambiar su mentalidad, no tiene ninguna intención de cambiar la formación de los seminarios. En los seminarios son formados para administrar parroquias, no para ser misioneros, de eso nunca se habla, nunca se imagina, nunca se piensa, son preparados para administrar las parroquias.

 

Y entonces, ¿quién va a hacer esa gran misión? Que, bueno, si se asigna algo como una misión en la ciudad se haría lo necesario, pero, la estructura de la Iglesia católica actualmente no se presta a la misión, ¡la hace imposible!, es decir, no hay condiciones para hacerla. Y entonces al lado del barrio donde vivo yo hay 10.000 habitantes, que es un barrio popular y muy pobre, y en 10.000 habitantes hay 84 capillas pentecostales, o sea, un pastor y una Iglesia por cada 100 habitantes más o menos y hay 3 capillas católicas. 3 y 84 y... Bueno, el porvenir está ahí, está inscrito ahí. ¿Y por qué hay tan pocas comunidades católicas? Porque no se han formado vocaciones misioneras. O sea, hay muchos laicos que tendrían ese deseo y esa posibilidad, esa disponibilidad, pero no hay nada. Nada. Entonces tiene que trabajar en la parroquia. A los laicos se les piden que sean trabajadores en la parroquia, colaboradores en la parroquia. Pero la parroquia es menos del 5% de la población y el resto nunca aparece y nunca se manifiesta. Bueno entonces para decir. Si no se habla de cambios de estructuras no se dará ninguna respuesta.

 

Público: Mi nombre Ernesto Rojas, dirigente Comisión Ética Contra la Tortura, y mi pregunta va fundamentalmente del marco a la introducción pues creo que es importante el tema de esta derrota histórica ¿cómo ven ustedes esta derrota histórica? ¿Por qué? ¿Cómo podríamos nosotros aprender de la década de los años 60–70 socialistas y cristianos y que estuvimos ahí y de las metidas de patas. Y que no obstante todo aquel mundo trabajaba en conjunto y estábamos en la cuestión social, y haciendo transformaciones y nos haya derrotado lo peor de la humanidad según mi opinión. Y que no seamos capaces de salir de eso todavía. Esa es la pregunta.

 

Público: Mi nombre es Gustavo Reyes, y tuve oportunidad de estar en un encuentro latinoamericano de jóvenes. Y hubo dos posturas: una brasileña y otra en la que también estaban un poco los chilenos, referente a oponerse y hacer manifestaciones contra el MERCOSUR que es lo que proponían los brasileños: Nosotros dijimos que no nos parecía que hiciéramos eso pero lo que más bien nos parecía era poder fomentar las organizaciones y tratar de combatir las consecuencias de lo que era el MERCOSUR –en aquellos años-  a través de organizaciones y de esa manera y no de una manera confrontacional. Y mi pregunta es ¿de qué manera considera que es más correcto esto, vale la confrontación o es preferible la otra opción?

 

Público: Gerardo González del Foro Espiritual de Santiago por la Paz, mi pregunta va por el lado de los silencios. Y es, si los silencios son tan silencios, hasta donde no hay susurros que es necesario y posible escuchar, si uno presta buena atención y con una buena mirada. El punto mío es que un mismo texto puede ser leído desde distintas perspectivas y cuando la doctrina social de la Iglesia se la lee desde una perspectiva convencional tradicional dice algo, pero cuando se la mira desde una perspectiva evangélica y desde una posición de Iglesia liberadora es posible que los mismos textos puedan arrojar otras luces y quizás este es un trabajo que todavía está pendiente tengo la impresión de que la actitud ha sido decir más bien decir, no. Es esta doctrina social no es lo nuestro, está construida desde otra perspectiva desde otro paradigma y no se ha explotado esa veta ¿cree Ud. que es posible hacer ese trabajo y que sería provechoso precisamente para enriquecer este documento?

 

Público: Mi nombre es Jorge Cisternas. Yo no conozco el documento preparatorio. ¿Hasta que punto no conviene más, un poco más que cuestionar a la jerarquía tratar de moverla y de presionarla juntos con ellos para asumir un compromiso social? En esa perspectiva logramos que Raúl Silva Henríquez cuando fue electo siendo un obispo conservador asumiera un compromiso social y veamos que pasó después. Monseñor Romero también era un conservador. Y mi pregunta es ¿entonces no vale la pena más unir fuerzas porque la lógica del neoliberalismo y de las transnacionales por imponer su sistema es demasiado fuerte?

 

Público: Adriana Palacios. En el Marco de la Conferencia Episcopal, no sólo nos queremos preguntar sobre la vigencia y el espíritu de la Iglesia liberadora en pos de contribuir o influir sobre esa conferencia, sino también nos preguntamos algunos cristianos con una visión liberadora y de movimientos sociales que se están construyendo en el mundo y en nuestro país ¿cuál es la vigencia y hacia dónde vamos? ¿Cuáles son las prácticas, cómo podemos seguir construyendo con la jerarquía o sin la jerarquía, hacia dónde ir caminando para ir configurando nuestra identidad y caminando en ese sentido?

 

Público: Soy profesora de religión. Y he sido misionera en varias partes. Mi pregunta es si nosotros hoy en día hemos sufrido todo este proceso de la educación y los vemos ¿qué pautas hay para poder educar, formar y no de las jerarquías grandes pues ahí está las multinacionales y el poder económico, sino desde los grupos pequeños. Como Ud. dijo el obispo ayunó y fue un signo ¿a lo mejor tendríamos nosotros que educar por signos y por las bases?

 

P. Comblin: Son tantas cosas. Bueno. Entonces, ¿qué pasó con todos los cristianos que han vivido hace 30 años? Es que no se había previsto la gran mutación económica que iba a producirse en los años 70 y aumentar siempre más, eso no se había previsto. No se había previsto que los Estados nacionales tendrían siempre menos importancia y que las decisiones importantes son tomadas a un nivel superior a un nivel de los que organizan el mercado, dominan el mercado. Y esto se ha implantado en todas partes y Chile fue el modelo, el primero que entró a nivel mundial en el sistema globalizado actual, pero todos los demás países entraron y todo lo demás ha perdido consistencia.

 

Cuando se produjo la redemocratización ahí muchos tenían la ilusión de que la democratización sería la voluntad popular, el poder popular, por fin, por fin. Y bueno fue al revés justamente porque entró este sistema. ¿Coincidencia? Entonces interrumpió un movimiento. Algunos permanecieron fieles, otros cambiaron. Yo me acuerdo de encuentros que tuve aquí en Chile con Fernando Enrique Cardoso. Ahí Fernando Enrique diciendo: “yo no me alejaré ni del portugués ni del socialismo: yo socialismo. Yo no voy a apartarme nunca de eso”. Bueno, después parece que dijo: “olvídense de todo lo que he dicho y de todo lo que he escrito”. Porque entró en el movimiento de globalización total. Pero no solo él. En el PT (*partido de los trabajadores en Brasil) están muchos ex guerrilleros. Y los ex guerrilleros son los que entraron en el sistema neoliberal con más entusiasmo, ¿por qué? Porque se dieron cuenta de que por otro camino no llegarían nunca al poder y que ahora las condiciones son diferentes. Y que ahora el poder de las finanzas internacionales y las multinacionales son tan fuertes que no se puede prescindir.

 

Bueno, eso coloca ante desafíos que son muchos más amplios. Hace 30 años se pensaba que con algunos años o pocos años de acción revolucionaria se podría cambiar la sociedad. Ahora se piensa: si se logra en 100 años ya será una maravilla. ¡Porque hay tantas cosas! ¡Tantos poderes! ¡Tantas fuerzas! Y en una sociedad que también es mucho más compleja, en la que hay una multiplicidad de centros de poder coordinados espontáneamente entre ellos... Pero en fin no hay ninguna forma de acción que pueda transformar toda la sociedad. Es decir, que toda acción será necesariamente parcial. Un sector, después otro, después otro y otro. Esto cambia la noción de revolución, o sea, cambio de sociedad. En una sociedad tan compleja como la actual habría que definir primero cuáles son los sectores más decisivos, en dónde se puede y se debe actuar en primer lugar, y después como formar fuerzas populares.

 

¿Qué es lo que queda del sindicalismo actualmente? En EE.UU. todavía el 12% de trabajadores son sindicalizados y aquí en América Latina, ¿qué pueden hacer los sindicatos todavía? Bien poca cosa. Hay empresas que sencillamente no aceptan ningún sindicalizado, por ejemplo la Mac Donald. La Wallmart en el comercio, también no acepta ningún sindicalizado. Y hay otros que aceptan pero no les dan posibilidades de expresión a los trabajadores. Yo veo en Brasil ¿quién puede hacer huelga? Los funcionarios del gobierno, son los únicos. Pero los que trabajan en empresas privadas, es impensable, es impensable. Porque si pierden el empleo ¿entonces qué?... Un día el gobierno organizó un concurso para los policías de las carreteras. Se necesitaban 4.000 candidatos y se presentaron 600.000 en todo el país, para 4.000. Pero, si en cada fábrica se abren 10 vacantes de empleos llegan 10.000. Entonces esto fragiliza mucho la condición de los trabajadores. Y otros movimientos sociales todavía son tan débiles, tan débiles. Y porque también ¿quién va a asumir la formación y el apoyo del desarrollo de movimientos populares? ¿Quién va a asumir eso?

 

Los intelectuales han perdido todo contacto. O sea, cuando hablan nadie los entiende en las masas populares. Porque los dos mundos son tan separados, tan distintos, que no se comunican. Cuando los del PT (*partido de los trabajadores en el Brasil) hablan en el Brasil nadie los entiende. No se entiende. Lula se entiende porque es puro sentimiento. Es decir, no entra en consideraciones políticas, científicas, no, no, es puro sentimiento. Ahí se entiende, ahí se entiende. Pero los demás empiezan a hablar en palabras económicas, palabras abstractas. Ahí entonces, ¿quién va a organizar? ¿Cuáles son los jóvenes que van a dedicarse a recrear y formar movimientos populares que no pueden surgir por sí solos, eso no nace por sí solo, se necesita gente para despertar, para empujar, para organizar. Esto no aparece, no aparece.

 

Yo cuando hablo sugiero a los que quieren interesarse es que actualmente la mayoría de los estudiantes universitarios son pobres y son de familias pobres. Ello significa que cuando tengan su diploma no van a poder hacer nada con su diploma, porque uno tiene empleos si tiene buenas relaciones y si tiene buenas amistades. Y el pobre no tiene eso. Y entonces no encontrará trabajo. Si es un abogado pobre, bueno... tendrá que tener un taxi. Y vivir entonces de un taxi y a lo mejor chofer de un bus o una cosa así. Si es de buena familia ningún problema, ¿pero si no es? Entonces va a aparecer una clase de estudiantes universitarios formados, pobres, que ven que están excluidos. Ahora tendrán alternativas, ¿qué hacer? ¿Buscar su salvación individual? Buscando un trabajo así inferior, ¿se asocian? ¿Será que habrá un plan?