Estimado Sr. Presidente,
Estimado Sr. Ministro,
Estimados Sres. Autoridades:


Ha sido muy satisfactorio para mí, saber acerca del compromiso del Presidente Lugo para proteger a los pequeños campesinos en contra de las plantaciones de soja, así como de las fumigaciones con pesticidas y la deforestación. Sin embargo, me preocupa seriamente cuando escucho acerca de la escalada de violencia dirigida hacia las organizaciones campesinas que se movilizan en contra de las fumigaciones de pesticidas sobre las poblaciones y a favor de una nueva política agraria que proteja a los pequeños campesinos, la soberanía alimentaria y el medio ambiente.

Dos líderes campesinos -SindulfoMartínez de la organización, Movimiento Campesino Paraguayo- MCP ( Vía Campesina-PY) y Bienvenido Melgarejo de la organización Asociación de Agricultores de Alto Paraná- ASAGRAPA han sido recientemente asesinados. Hemos tenido noticias acerca de una “lista negra” con nombres de unos cincuenta líderes campesinos que temen ser los próximos asesinados. Jueces y la policía han estado en estas últimas semanas implicados en el desmantelamiento de campamentos campesinos establecidos legalmente en las márgenes, y no dentro, de las plantaciones de soja, amparándose en leyes de prevención del crimen. Los campesinos han sido ilegalmente expulsados, detenidos, criminalizados y torturados.

Con esta carta quiero mostrar mi enérgico apoyo a las dos principales demandas de los campesinos y las organizaciones de la sociedad civil de Paraguay: las fumigaciones de los monocultivos de soja con agrotóxicos deben ser prohibidas y detenidas de manera efectiva. Las tierras vendidas irregularmente a los agroempresarios deben ser devueltas a los campesinos sintierras paraguayos.

Exijo frenar la actual ola de desalojos y represión a las movilizaciones campesinas. El desalojo por recursos de amparo preventivo es una medida jurídica irregular. Los dos recientes asesinatos y todos los reportes de violencia policial y tortura deben ser investigados a fondo, y sus responsables deben ser penalizados. Las familias de los asesinados deben ser compensadas económicamente.

Así también el gobierno debe actuar de forma inmediata y frenar las amenazas de muerte que penden sobre los dirigentes campesinos. El primer paso para ello es atender a las demandas de las organizaciones de desarticulación de las “Comisiones de Seguridad Ciudadana”, comúnmente denominadas “Comisiones Garrote”. Estos grupos son los principales protagonistas de violencia parapolicial contra las organizaciones sociales en el campo.

Frente la urgente situación de pobreza y devastación ambiental del campo paraguayo, el gobierno debe iniciar inmediatamente un programa de apoyo a la agricultura campesina y la soberanía alimentaria. Basta ya del sacrificio de las comunidades campesinas e indígenas del Paraguay y del medio ambiente para mantener un modelo agroexportador sojero que sólo produce alimento para animales y agrocombustibles.

Por favor, deme a conocer sus planes para contener esta urgente situación y para evitar más violencia y violaciones de derechos humanos, incluyendo más asesinatos de campesinos en su país, y para proteger a las comunidades y al medio ambiente de los monocultivos de la soja.

Muchas gracias por adelantado y un atento saludo