LA PAZ ES FRUTO DE LA JUSTICIA, NO DE LAS ARMAS

COMUNICADO DE LA PRESIDENCIA DEL SICSAL
ANTE LA AGRESIÓN DE ISRAEL AL LÍBANO
Agosto de 2006








El mensaje del papa Benedicto XVI, dice: «Los libaneses tienen derecho a que se respete la integridad y la soberanía de su país, los israelíes tienen derecho a vivir en paz en su Estado, y los palestinos tienen derecho a una Patria libre y soberana» (21.7.2006).

Todos somos testigos, por los medios de comunicación, de las trágicas consecuencias de una guerra salvaje que ha dejado multitud de víctimas inocentes entre la población del Líbano.

Reconocemos que el actual pueblo de Israel, tiene derecho a vivir en paz en una tierra, pues durante 19 siglos los judíos han vivido dispersos, sin nación. Han sufrido el holocausto de los nazis en donde fueron sacrificados cinco millones de ellos. Pero este derecho no le da autoridad para reprimir a los habitantes autóctonos de Palestina, en donde ciudades y pueblos son cercados por muros y alambradas con púas, convertidos en cárceles, con escasez de agua y alimentos, obligándolos a vivir como extranjeros en su propia tierra y que cuando exigen sus derechos se los asesinan. Tampoco tiene Israel autoridad para invadir naciones con el pretexto de combatir a los grupos islámicos rebeldes, como lo ha hecho con el Líbano, en donde los israelíes han bombardeado y destruido sus aeropuertos, carreteras, puentes, puertos marítimos y numerosas poblaciones, provocando millares de víctimas inocentes. ¿Con qué autoridad Israel, invade y destruye a un país libre y soberano?

Las personas y pueblos amantes de la vida, la paz y el derecho no podemos permanecer indiferentes ante esta criminal agresión de Israel contra poblaciones civiles. Es por eso que es una exigencia ética condenar toda acción terrorista, sea perpetrada por los grupos de resistencia islámica o por lo estados.

Aunque rechazamos el terrorismo como método, sin embargo, no podemos dejar de reconocer que éste forma parte de la rebelión de un mundo que se siente excluido y reprimido. La actitud de Estados Unidos y sus aliados en Oriente Medio, con las invasiones a Afganistán y a Irak, sólo genera más violencia, destrucción y muerte.

Afirmamos que la fuerza de las armas no es el camino para la resolución de conflictos porque genera más odio y resentimientos, y contribuye a la creación de una espiral de violencia. Sólo el diálogo y la negociación son el camino para la búsqueda de la justicia y la paz. La paz es fruto del diálogo en la consolidación de la justicia y la verdad.

Finalmente, expresamos nuestra solidaridad con el pueblo del Líbano, y particularmente nos solidarizamos con los cristianos de este país, que son el 35% de la población. Hacemos, asimismo, un llamado a un diálogo cristiano-islámico-judío para fortalecer los lazos que nos unen en la creencia de un único Dios, «Misericordioso y Clemente», que desea que todos los hombres y mujeres, pueblos y culturas, vivan como hermanos.