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Proyecto Samaritanas - CEBS Nicaragua Testimonio Por Arnaldo Zenteno
Nuestro Proyecto comenzó con una interpelación. Nicaragua fue muy golpeada con 10 años de guerra prolongada y muy injusta. Al terminar la guerra en 1989-90 el país estaba muy destrozado en vidas humanas y en la economía. Y los gobiernos de los años 90 con su liberalismo económico, agudizaron la pobreza para nuestro Pueblo. Dentro de ese contexto aparecieron las calles pobladas de Niños-Niñas en los semáforos y después aparecieron también en las calles Mujeres de todas las edades, ofertando no solo su cuerpo, sino también su vida. En particular nos golpeaba e interpelaba ver a Niñas-Adolescentes en la Carretera de Masaya como mercancía para gente de dinero. Y en la Carretera Norte apareció el mismo fenómeno, pero con mucha más pobreza y con el agravante de que la mayoría de las Niñas/Adolescentes eran también huelepegas que nos interpelaban desde su total desamparo.
Ante esa realidad tan injusta y cruel veíamos que una parte de la sociedad era indiferente, pero otra además las agredía arrojándoles agua ,huevos e insultos. Y en varios Medios de Comunicación eran denigradas o presentadas de forma despectiva y humillante. Pensamos que no bastaba decir “pobrecitas” o “ qué mal las tratan”, sino que teníamos que acercarnos a ellas con Amor, con respeto, reconociendo su dignidad como Mujeres que son. Nunca les llamamos prostitutas, un nombre tan despectivo. Ellas son ante todo Mujeres, Mujeres en situación de prostitución- como un reflejo e indicador de la injusticia y del fariseismo de nuestra Sociedad. Y las pequeñas no están en la prostitucion, sino en la explotación sexual comercial. Nosotras-nosotros desde las CEB nos preguntamos ¿Cómo ser la Buena Noticia de Jesús para ellas? Y nos guía el cariño, cercanía, valoración y respeto con que Jesús se relacionó con ellas en su vida terrena.
Nuestro caminar con ellas ha ido por etapas. Desde el comienzo ha habido una relación cercana, de una sencilla amistad e interés mutuo como personas. No las consideramos objeto de nuestra atención. Ellas son Sujeto activo de su proceso de reestructuración personal y familiar. Nosotros-nosotras como Proyecto las acompañamos, les brindamos servicios y así comenzamos poco a poco a desarrollar las áreas de salud, de atención psicológica, de apoyo legal de capacitación, de formación integral. Y un poco después comenzamos el trabajo directo con sus hijos e hijas y hermanas en la línea de su desarrollo y de la prevención.
Este caminar le llamamos del Dolor a la Esperanza, pues partimos de su dolor, de la tragedia de sus vidas, pero también de sus propios recursos humanos, de su voluntad de salir adelante, de quererse ellas mismas, de ellas mismas ir haciendo respetar su dignidad, de querer y cuidar mejor a sus hijas e hijos.
En todo este caminar, nuestro equipo ha ido aprendiendo y luchando con ellas.
Pero además el equipo no se da a abasto para tantas tareas que implica el Proyecto. Y desde el comienzo hemos tenido la bendición de contar con un buen número de personas Voluntarias y Voluntarios plenamente integrados en el Equipo compartiendo sueños, y luchas concretas. Jóvenes de las CEB nos han apoyado especialmente en las visitas nocturnas y en las convivencias recreativas igual que voluntarios chilenos. Compañeras y compañeros de Nicaragua y otros venidos de España, Alemania nos han acompañado con trabajo de planta por uno o dos años en el Equipo tanto en el trabajo con las Mujeres como con sus Niñas-os. Creo que es un tesoro para el Proyecto contar con estas y estos voluntarios que asumen como suyo el proyecto, su filosofía, su mística y que prestan servicios concretos diversos en el tiempo que pueden dedicarle, pero unidas-unidos en el mismo compromiso, respeto a estas Mujeres, y en el caminando con ellas en su proceso de liberación integral.
Y algo muy importante para todas y todos nosotros, es lo que aprendemos de ellas de su lucha por superar tantas opresiones, traumas y prejuicios. Y aprendemos también mucho de la relación cercana ,de la confianza que nos brindan, del mutuamente querernos como personas y querer caminar juntas.
Dos últimos puntos que quiero compartir brevemente: el Proyecto mismo es una denuncia de la injusticia de nuestro sistema social, y en concreto de la injusticia con que son maltratadas estas Mujeres. Y el Proyecto mismo desde su origen en 1995 está dentro de grupos e instituciones hermanas, y de Redes que compartimos este sueño y esta lucha. Y como decía al comienzo en el centro de nuestro Proyecto están estas Mujeres con sus rostros y nombres bien concretos. Ellas y sus hijas e hijos nos interpelan y nos fortalecen en este caminar.
Arnaldo Zenteno
Comunidades Eclesiales de Base(CEB)
Managua, Nicaragua.
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