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Dimensión política y profética de los comités
Trabajo en red altermundista

Más de 150 personas participantes y representantes de los comités Oscar Romero de casi todas las comunidades autónomas del estado español, junto con invitados/as de Italia, Francia y diversos países de Latinoamérica, nos hemos juntado en Lleida para reflexionar, bajo la metodología del VER, JUZGAR y ACTUAR.

Queremos reorientar -una vez más- el sentido de nuestra existencia, buscando la mejor forma organizativa y el actuar más adecuado para modificar la realidad que estamos viviendo.

Fortalecemos así nuestra dimensión política y profética en el trabajo de nuestra red de comités que, a su vez, es un nudo más de la gran red altermundista donde nuestros grupos quieren incidir sobre la realidad global desde la solidaridad con los pueblos del sur, especialmente Latinoamérica.

Nos sentimos convocados desde la espiritualidad y el compromiso cristiano de Romero como símbolo de quienes han empleado la vida en defender la dignidad de los seres humanos, de quienes se han acercado a los oprimidos y excluidos de ayer y de hoy.

VER

Hemos constatado un profundo cambio global que afecta a todas las estructuras sociales. El actual opio de la sociedad es el economicismo. Todo se justifica para saciar el hambre de dinero, beneficios y crecimiento de los grandes poderes económicos actuales, que actúan como nuevos señores feudales.

El neoliberalismo adormece inteligencias y conciencias críticas hasta el punto de producir una democracia que está muy lejos de ser el gobierno deseado por los pueblos. En Europa se promueven iniciativas dirigidas a señalar como delincuentes a las personas que simplemente no tienen papeles, a través de la Directiva de retorno( Directiva de la vergüenza). En los comienzos del siglo XXI se proponen medidas laborales (65 horas semanales de trabajo) que pretenden tirar por tierra de un plumazo casi dos siglos de conquistas sociales, laborales y sindicales. El capitalismo financiero domestica a la democracia para encubrir nuevas formas de dominación más sibilinas que el fascismo. Más eficaces, porque sus dogmas se introducen en las mentes y corazones del cuerpo social, político, cultural y religioso, gracias a su poderoso aparato propagandístico que constantemente compra a los estratos sociales, y privatiza lo público para obtener beneficios a costa de nuestra salud física, psíquica y de nuestras vidas en general. Cada vez escuchamos con más fuerza "no se puede hacer nada". Esta es la gran mentira.

Los comités tenemos vocación de sanadores heridos por el dolor de los pueblos del sur, por los inmigrantes, pero también por nuestros hijos tan llenos de artilugios electrónicos, tan carentes de nuestra atención, por nuestros mayores olvidados, por el planeta esquilmado, por la manipulación formativa e informativa.

No queremos caer en la parálisis del análisis, sino que juntos aprendemos a ver la realidad con los ojos de la solidaridad, y ello nos empuja a trabajar con esperanzas enraizadas en la rebeldía de la vida que afirma que podemos y debemos hacer mucho.

A lo largo de la historia hemos ido aprendiendo a construir liberaciones. Sabemos de la importancia de nuestro trabajo, aptitudes y actitudes, del potencial que encierra una visión liberadora de la espiritualidad, lejos de formas religiosas que se alían con los poderes para perpetuar servilismos alienantes. Resuena en nuestro interior el grito de la injusticia que nos impulsa a movilizarnos por ese otro mundo posible, que estamos construyendo desde lo individual a lo colectivo.

Asumimos nuestras limitaciones y contradicciones. Nos levantaremos 70 veces 7 para seguir caminando hacia la transformación de la realidad tan desigual en la que vive la humanidad en general y nuestras comunidades en particular.

JUZGAR

En su última homilía, san Romero de América dijo que había que "aplicar la tradición eterna en Cristo a las realidades presentes" y desde "esa alma empapada en el Reino de Dios, trabajar también los proyectos de la historia".

Iluminados/as por estas premisas somos llamados a tener una actitud profética en nuestro tiempo caracterizado por:

1. El pueblo está sometido por la globalización neoliberal.
2. Se adoran falsos dioses, ídolos de muerte.
3. Dios está cerca de los profetas que entienden la pedagogía.
liberadora de los pueblos.
4. Ineludiblemente nos encontraremos con el conflicto al denunciar la injusticia.

Resaltamos la fuerza arrolladora de las mujeres como un signo de nuestro tiempo en el que es necesario reinventar el concepto de Dios, desnudándole de sus ropajes de varón viejo y justiciero. Nuestro Dios integra lo masculino y lo femenino, se despoja de su identidad sexual para asumirlas todas y mostrar su rostro pluricultural, multirracial, universal e integrador.

Nos sentimos amparados por su naturaleza y seguimos reaccionando ante la injusticia estructural que denunciamos con dureza y con la ternura del acercamiento a los más pequeños, que nos hacen vencer los miedos al conflicto.

Somos bautizados por el pueblo y establecemos nuestra alianza de fidelidad a sus grandes causas. Una alianza que nos fortalece en la esperanza.

Somos seguidores de Jesús de Nazaret, un ajusticiado por el imperialismo de su tiempo. Recogemos y actualizamos su tradición en los profetas contemporáneos, como Romero, Gerardi, Casaldáliga, las madres de la plaza de mayo y tantos otros y otras que ofrecen su vida desde distintos compromisos.

ACTUAR

Nuestro actuar no va encaminado a convencer a quienes ostentan el poder. Preferimos oír a los pueblos humillados y asumir sus caminos, llevarles una palabra de aliento, ser altavoz de sus luchas. Acompañar sus procesos liberadores con el máximo respeto.

Para ello, nos insertamos en diversas realidades, somos parte de las nuevas organizaciones en torno a los Foros Sociales, ya sean mundiales, regionales o locales. Participamos en plataformas, redes, y diversos movimientos sociales, sin olvidar el mundo de lo político y lo sindical desde el lado de las víctimas que trabajan por la justicia.

Estamos atentos a las nuevas realidades: Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia, Haití, Uruguay?Viven procesos que nos interpelan, junto con África que en su pluralidad nos urge a dar respuestas globales y concretas.

En medio de todo esto, tenemos la certeza de no poseer la verdad, porque sabemos que la verdad sólo la podemos alcanzar desde la unión en la pluralidad y el diálogo junto con otros que siendo distintos a nosotros también la buscan.

Manifiesto
Lleida, 3-6 Julio

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