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Nuevo Horizonte (I):
De guerrilleros a cooperativistas

Viajeros COR. Guatemala 2008

Guatemala ha sufrido uno de los más largos i sangrientos conflictos de violencia política de toda la América Latina. En los 36 años que duró la guerra se aniquilaron pueblos enteros, se estableció un genocidio contra la población indígena, hubo numerosas violaciones de mujeres, más de de 250.000 víctimas i 45.000 desaparecidos. Tan solo han trascurrido poco más de 11 años des de la firma de los Acuerdos de Paz del año 1996 y la memòria del conflicto parece en el olvido de la mayoria de la población como también lo fué su misma existencia durante todo el propio conflicto. Mucha gente huyó a la selva formando comunidades que resistieron en lugares de muy difícil acceso. Se llamaron Comunidades de Populares de Resistencia (CPR), estaban protegidas por la guerrilla y bajo la persecución constante del Ejército. Al final del conflicto, la guerrilla depuso las armas y se inició uno de los procesos més difíciles: la reubicación e integración de los guerrilleros.
Este verano hemos visitado la Comunidad Nuevo Horizonte uno de los asentamientos de desmovilizados del Petén que, bajo el sistema de cooperativa, intentan rehacer sus vidas en una sociedad que mantiene los valores de la lucha. Entrevistamos a uno de sus miembros, el ex-guerrillero Arnolfo Figueroa, alias “Tono”.

Viajeros: ¿Quienes forman la Comunidad de Nuevo Horizonte?

Tono: Al final del conflicto hemos de considerar tres clases de personas que debian ser reintegradas a la sociedad: Primero los refugiados, que eran las personas que debían volver del extranjero, la mayoría de México; luego los desplazados internos, es decir, la población civil: comunidades enteras que se agruparon en la selva bajo en nombre de CPR; y por último los desmovilizados, o sea, los guerrilleros o excombatientes del conflicto. Nuestra comunidad está formada por estos últimos, aunque también por nuestras propias famílias a las que protegíamos.
V: ¿Cuantos miembros componen ahora su comunidad?

T: Somos unas 100 familias correspondientes a unos 130 guerrilleros, con una población total de más de 400 personas.
V. Háblenos del tiempo de la guerra. ¿Sintieron miedo?

T. No puedo decir No. No puedo decir Sí. Teníamos que darnos fuerza para luchar. Nuestra lucha era una lucha justa. No había otra forma de lucha.
V. ¿Cómo conseguían dinero y armas para la lucha?

T. Pedíamos impuesto de guerra a los empresarios. Algunas veces encontrábamos el ejército cuando íbamos a efectuar el cobro. Fué en estas ocacasiones que tuvimos que actuar en represalia: los ejecutábamos.
V. ¿Quién los entrenaba?

T. Al principio del conflicto, nadie. Actuábamos “sobre los bergaces” (sobre la marcha). Al final tuvimos el apoyo de Cuba i Nicaragua.
V. ¿Y la CIA?

T. La CIA propició la contraguerrilla. Se infiltró en varias ocasiones en nuestra organización, como en Quiché. Aunque aquí, en Petén, no pudo hacerlo.
V. ¿Como lo consiguieron?

T. Hacíamos pruebas a todo aquel que queria entrar en la guerrilla, sin que lo supiera. Siempre con alguien no conocido “guardándolo” (controlándole). Primero, pequeños encargos; luego, con duras pruebas de resistencia en la selva; finalmente, con acciones junto al ejército. Normalmente, las protestas por trabajo difícil o el acercamiento al ejército, descrubría a los impostores. Además teníamos un sistema que interceptaba las comunicaciones del ejército. De manera que sabíamos cuando venían los infiltrados. En la capital teníamos gente para controlar al G2. En el año 1988 tuvimos unos 30 intentos.
V. ¿Cuantos eran sus contingentes?

T. En 1996, después de los Acuerdos de Paz, al desmovilizarnos, éramos 3.000 guerrilleros (2.000 con armas). El ejército 60.000 más 500.000 expatrulleros. Los patrulleros eran gente civil que también actuaban organizados contra la guerrilla. La contienda fué pues muy desigual; de 560.000 contra 3.000 combatientes.
V. ¿Después de los Acuerdos de Paz, se quedaron con armas?

T. No. Todas las armas quedaron registradas i controladas por el ejécrito y las Naciones Unidas. Son las que ahora tiene la policia nacional o algún narco. Armas cortas no teníanmos; sólo largas.
V. Por cierto, en una mesa próxima -estamos e n un comedor de la misma comunidad Nuevo Horizonte, cercano a la carretera - hay un hombre con un gran pistolón en la cintura. ¿Sabe quien és?

T. Es un narcotraficante: crimen organizado. En Guatemala existe dos graves problemas: las pandillas o maras y el narcotráfico. Són las organizaciones con más poder.
V. ¿No tiene problemas en explicarnos sus vivencias aunque esta persona se entere? A nosotros, su propia presencia nos intimida!

T. No, la verdad de lo que sucedió en nuestro país debe conocerse y no tenemos ningún problea en explicarlo a quien sea. Además, aquí nos respetamos mútuamente. No hay ningún problema si no te metes en sus asuntos.
V. Las maras, ¿no se han introducido en su comunidad?

T. No. Si vemos algún joven con compañías no recomendables hablamos con sus padres y también con el propio chico. Hasta ahora los muchachos nos han entendido. Además, toda persona que entra en nuestra comunidad es controlada por los vecinos. Nuestros métodos de control son parecidos a los que usamos en la guerrilla.
V. ¿Cómo nace la Cooperativa?

T. Al desmovilizarlos había dos listas: la lista con destino, los que fueron a vivir con sus famílias y las listas sin destino, como era nuestro caso. Inicialmente queríamos ir a vivir al sur, fuera del Petén. Pero allí no encontramos terrenos adecuados y en 1998 llegamos acá. Compramos 20 caballerias de terreno (unas 900 Hectáreas) por un precio de 3.300.00 quetzales a través de Fontierra y Banrural, “el que te ayuda a crecer” según dice su propaganda. Pagaderos a 12 años y a un 12% de interés. En 2000 hicimos un primer pago sobre la base de 10 mil quetzales que debían ser entregasos a cada desmobilizado según los acuerdos de paz. La deuda debia pagarse con los exedentes obtenidos de los proyectos productivos y agrícicolas. En realidad solo recibimos el 27%, de los cuales solo el 10% pudo ser dirigido a proyectos. Nuestra sorpresa llegó en 2003, cuando el banco nos envió una carta en la que nos reclamaban el pago de 7.000.000 quetzales con un plazo para el pago o el desalojo de las tierras.
V. ¿Como se llegó a esta cantidad?

T. Nadie encontró el recibo del primer pago y ellos calcularon capital, intereses, recargos por demoras, y quien sabe...
V. ¿Estaban Vdes. asesorados por algún profesional?

T. No. En nuestro país los profesionales se aprovechan de su posición. Le voy a dar un ejemplo: Hemos pedido el presupuesto a un arquitecto de los planos para construir un salón en la cooperativa que puede tener un pressupuesto de unos 500.000 quetzales. Nos ha pedido el 40%; es decir 200.000 quetzales. Además le diré que en Guatemala se compran los títulos. Nosotros aprendimos a luchar solos. Respecto al problema de las tierras, nuestra posición fué otra.
V. ¿Qual fue, pues?

T. Enviamos cartas a todas las entidades que participaron en el proceso inicial: Fontierra, el banco, el gobierno, las Naciones Unidas... Nos reunimos y les dijimos: ”Desalójenos hoy mismo. No esperen a mañana. Ustedes ya deben seber que tenemos buenos francotiradores, expertos en explosivos,... atengámonos a las consecuencias.” El señor de las Naciones Unidas quedó helado: “¿No deben hablar en serio? -nos dijo.” Le respondimos: “¿Usted ha visto que alguna vez la guerrilla no haya hablado en serio?”.
V. ¿Cómo ha quedado todo ello?

T. Aquellas palabras les hizo reflexionar y propusieron iniciar un proceso de negociación, en el que estamos. Pero dejamos clara nuestra postura: “Nosotros no nos negamos a pagar. Pero primero hemos de resolver el problema de la salud, la escuela y la construcción de nuestras viviendas.”

Viatgers COR
Guatemala, Agost 2008

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