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Pedro Casaldáliga: “Estoy fuera por unos días”
El pasado jueves 6 de diciembre Pere Casaldàliga, obispo emérito de São Félix do Araguaia (Brasil) tuvo que abandonar de manera temporal su casa debido a las amenazas de muerte que había estado sufriendo desde hace cerca de un mes. Luchador y comprometido durante más de cuatro décadas con dicha tierra y sus gentes, Casaldàliga lo tiene claro: “Estoy fuera por unos días”. Con esas palabras pidió a su colaboradora Mari Pepa Raba que nos transmitiera a la redacción de alandar la noticia.
Mari Pepa, esposa de José María Concepción –secretario personal de Dom Pedro, quien también ha abandonado con él la casa– nos ha relatado en conversación telefónica cómo han sido los últimos días y cómo han transcurrido los hechos. “Pedro está bien y ya está en otro lugar”. El obispo emérito de São Félix está “tranquilo y bien protegido” en un sitio que no pueden revelar, con el objetivo de protegerle, “aunque está intranquilo por todo lo que está pasando”.
Para Casaldàliga, según nos cuenta Mari Pepa, lo importante no es el hecho de que él haya sufrido amenazas, sino que se conozca la situación de las tierras indígenas Marâiwatsédé que en los próximos días deben ser devueltas –según una orden ministerial– al pueblo indígena Xavante.
Este conflicto dura desde hace más de dos décadas, cuando este terreno, de unas 6.000 hectáreas, fue repartido a terratenientes y colonos –en Brasil conocidos como fazendeiros– para su explotación, liderada en aquel entonces por la empresa petrolera italiana AGIP.
Sucesivos gobiernos desde finales de los noventa con Fernando Henrique Cardoso reconocieron el legítimo derecho de la población indígena –que fue trasladada de sus tierras en avionetas por la fuerza–, pero los sucesivos recursos de quienes especulaban y de los fazendeiros habían hecho imposible la vuelta al hogar de la población originaria.
Sin embargo, tras dos décadas de lucha, finalmente la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), organismo de protección de los pueblos indígenas en Brasil, presentó recientemente un último recurso tras el cual el Tribunal Supremo ha decretado que no hay posibilidad de más recursos y que las tierras deben ser devueltas.
Ante esta sentencia, los fazendeiros y especuladores “están rabiosos, están vengativos”, nos ha contado Mari Pepa. “A Pedro le tienen ganas desde hace muchos años, porque ha sido amenazado muchas veces”, pero nunca de esta manera. La primera amenaza llegó hace unos 20 días, pero la voz de alarma saltó cuando, en una reunión de los fazendeiros y empresarios, se filtraron más amenazas. “El obispo de esta semana no pasa”, escuchó una de las personas asistentes a la reunión –cuya identidad ha permanecido protegida– quien, a continuación, presentó una denuncia a la policía federal.
Esto llevó a las autoridades locales y a amistades cercanas a aconsejar a Casaldàliga que “sería bueno salir, que había que protegerle y también a la gente de su entorno, que si no se verían obligados a enviar a la policía” para custodiar la casa, nos ha explicado Mari Pepa. “Pedro lo estuvo pensando, junto con el actual obispo de la prelatura -Adriano Ciocca Vasino- “y dijo que accedía a irse”, en decisión comunitaria con el Equipo Pastoral São Félix do Araguaia. Para ello “alquilaron una avioneta y el jueves por la mañana se marcharon de la casa”, ya que no querían salir en las avionetas proporcionadas por el ejército o la policía.
Los terrenos en conflicto están a unas tres horas de São Félix do Araguaia por carretera y “allí están la policía federal y el ejército desde hace un mes”, nos ha relatado Mari Pepa, para facilitar la entrega de tierras a la población indígena. Las amenazas se extienden a todas las personas vinculadas a la prelatura. “Este fin de semana había programados una serie de encuentros y seminarios que se han suspendido porque las personas que iban a asistir corren peligro y las carreteras están cortadas”, nos ha contado la voluntaria española. “La gente del pueblo está muy triste y enfadada porque esto nunca ha ocurrido”.
La idea clara de Dom Pedro es volver: “Estoy fuera por unos días”. El obispo que siempre ha estado al lado de las personas pobres no está huyendo “porque él nunca ha huido”, nos ha recalcado Maripepa. Sin embargo, Casaldàliga está muy limitado físicamente, “no de cabeza, que está como siempre, pero su parkinson está muy avanzado y a veces no puede ni caminar”.
Desde la prelatura de São Félix do Araguaia confían en que la situación se arregle poco a poco y que las tierras sean finalmente entregadas a quienes son sus ocupantes de pleno derecho: pueblo indígena Xavante. “Lo peor será cuando se vaya la policía y el ejército”, lamenta Mari Pepa, pero esperan que no se vayan hasta que el conflicto no esté completamente arreglado.
Desde alandar también confiamos en que la situación mejore cuanto antes y Casaldàliga, amigo querido, ejemplo y hermano, pueda volver a la casa que es su hogar, desde donde ha convivido como uno más con los hombres y mujeres indígenas, defendiendo día a día sus vidas y sus derechos. Todo nuestro ánimo y todo nuestro apoyo.
Domingo 9 de diciembre de 2012
Publicado en alandar nº294
Para ampliar la información:
http://araguaia.pangea.org
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