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Claves de encíclica ecológica del Papa: que la tierra no se convierta en un montón de escombros
Claves de encíclica ecológica del Papa: Que la tierra no se convierta en un montón de escombros
El Papa describe su encíclica "Alabado seas” como un documento dramático y alegre. En ella pide a los cristianos que dejen de mirar hacia otro lado ante las heridas del planeta y que lo cuiden como a la propia madre.
1. MIRAR LA REALIDAD CON SINCERIDAD
Describe de un modo bastante realista lo que la inmensa mayoría de expertos ya sabe:
- la contaminación que provoca muertes prematuras;
- el calentamiento global, que va de la mano del crecimiento del nivel del mar y de eventos meteorológicos extremos;
- cada vez menos personas con acceso a agua potable y segura;
- desaparecen especies vegetales y animales necesarios para la alimentación y la cura de enfermedades.
Se trata procesos causados o al menos favorecidos por el hombre.
PAUL O'CALLAGHAN
Teólogo de la Creación
"No puedes pensar: 'Bueno, no decimos nada sobre este tema hasta que estemos seguros de que es culpa del ser humano'. No puedes porque quizá sea demasiado tarde. Si hay altas probabilidades de que estemos haciendo un daño irreparable a la atmósfera y al mundo, tenemos que asegurarnos de pararlo a tiempo”.
2. DEPREDADORES
El Papa dice que no se trata de un problema ecológico sino un problema ético. Denuncia las agresiones al medio ambiente de algunas empresas que hacen en países menos desarrollados actividades que no pueden hacer en sus propios países.
Es lo que está ocurriendo en la Amazonia.
MAURICIO LÓPEZ OROPEZA
Secretario Ejecutivo, Red Eclesial Panamazónica
"Los pueblos, que nos hablan de otra manera de ver la vida, de otras perspectivas, están siendo desplazados. Muchos de ellos están perdiendo los territorios además de sus identidades”.
Quizá por eso algunas grandes petroleras americanas se han opuesto con virulencia al documento antes de que lo publicaran.
3. DESINTERÉS
Lamenta que muchos esfuerzos para salvar el planeta mueren por la falta de interés de personas normales.
Denuncia actitudes que van desde la negación del problema hasta la indiferencia, o de la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas.
Con los cristianos es más duro. Les pide una "conversión ecológica” para "vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios”, algo que no es ni opcional ni secundario.
4. COHERENCIA
Pide coherencia a los activistas ecologistas, para no caer en contradicciones: "Cuando no se reconoce en la realidad misma el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacidad –por poner sólo algunos ejemplos–, difícilmente se escucharán los gritos de la misma naturaleza”, escribe.
5. CONTEMPLAR EL MUNDO
La encíclica abre horizontes y dice que al ser un problema ético, la solución pasa por el corazón del ser humano: propone mirar la belleza de la naturaleza con estupor, para no comportarse como consumidores o explotadores de recursos naturales, que se guían por el interés inmediato.
FRANCISCO
"Quiero llamar a la responsabilidad, a partir de la misión que Dios entregó al hombre en la Creación: cultivar y custodiar el jardín en el que nos puso”.
6. LA SOLUCIÓN DEPENDE DE TI
"La atenuación de los efectos del actual desequilibrio depende de lo que hagamos ahora mismo”, escribe el Papa. Por eso, propone cambiar estilos de vida a través de pequeños gestos cotidianos:
- reciclar papel,
- diferenciar las basuras,
- o ponerse un jersey en vez de aumentar la calefacción.
7. El pecado humano en la tierra herida
El saqueo de la creación es pecado. Es un mal que es infligido a todas las criaturas. Que actúa como un pecado estructural con responsabilidad personal que genera medios malignos que olvidando las personas ofendiendo a Dios. Ciertamente que tiene su origen mucho más atrás en formas de ambición que se van trasformando y que cada vez concentran más el poder.
La cadena de responsabilidades tiene diferentes grados quedando encubierta por la banalidad, donde las responsabilidades personales se diluyen en la trama. En esta ruptura con la creación, Dios invita y reclama la conversión en los distintos niveles de culpabilidad abarcando la responsabilidad de los que tiene los medios de producción, de los que realizan la administración política, de los funcionarios o de los consumidores. La cuestión climática pasa, desde el punto de vista cristiano, por una conversión general de múltiples implicaciones.
8. Poner límites al mal del calentamiento global
Ya la inspiración bíblica pone límites a las elecciones de los seres humanos. El Creador es el que pone límites entre la luz y las tinieblas, entre el caos y el orden. También el ser humano tiene sus límites en la mortalidad y en la capacidad de trasgredir el plan de Dios. Cuando traspasa estos límites daña la armonía de la creación, así en relato de Gén 1 señala que en el ámbito natural hay cosas de las que no se puede disponer (prohibiciones) porque ponen en riesgo la vida creada por Dios.
La ciencia y la técnica asociadas el progreso abren las fronteras de lo posible, pero ¿dónde comienzan los límites del progreso? La ciencia del clima nos ha mostrado las consecuencias de superar unos límites en el calentamiento global. Aquí la ciencia, en sus certezas e incertezas, nos señala los límites nos hacen recordar el viejo mandato divino donde asumirlos es cuestión de vida o muerte.
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