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CARTA PASTORAL DE LA IGLESIA EPISCOPAL ANGLICANA DE EL SALVADOR
CARTA PASTORAL DE LA IGLESIA EPISCOPAL
ANGLICANA DE EL SALVADOR
“La rectitud y la justicia reinarán en todos los lugares del país”
(Is 32:16-17)
Paz y bien en el nombre de nuestro Señor Jesucristo a todos, hombres y mujeres de nuestro querido El Salvador y a la Comunidad Internacional.
La Iglesia Anglicana de El Salvador, por medio de su Obispo Diocesano, Clérigos y Laicos expresamos lo siguiente:
1. Ante la zozobra que, organizaciones provocadoras de violencia criminal y delincuencia común que afecta a nuestro país El Salvador; nos solidarizamos y compartimos el luto y dolor de las familias que son víctimas de violación a sus derechos fundamentales, como la vida. Recordamos así el mandato divino que nos exhorta a “No matar”. ( Dt 5:17).
2. La Iglesia lamenta que grupos organizados que generan violencia y angustia, han forzado a nuestras familias a abandonar sus hogares; sus comunidades y aun su país.
Ni el Estado Salvadoreño, ni los organismos internacionales respondan efectivamente a la magnitud del grave problema que viven nuestras familias.
3. Que nuestra iglesia lamenta profundamente que, debido a la prevalencia e imposición de intereses obscuros, el pueblo salvadoreño se desangra día a día, reinando el terror, la desolación y desesperanza en nuestra sociedad (Isaías 61: 4).
4. Lamentamos que sectores poderosos: económicos, políticos, académicos y organizaciones de la sociedad civil no sean capaces de ponerse de acuerdo para buscar de forma conjunta soluciones a los graves problemas de criminalidad, pobreza y marginación que vive nuestro pueblo. “El fruto de la justicia, será la paz”, Isaías 32: 18.
Por todo lo antes expuesto, nuestra iglesia unida al clamor y sufrimiento de nuestro pueblo y como diría nuestro Pastor y Profeta el Beato Oscar Arnulfo Romero, ahora en nuestras propias palabras: Les suplicamos, les rogamos, les ordenamos, en nombre de Dios:
a. A todos, hijos e hijas de Dios, que participan de estos proyectos de muerte, que cesen su accionar en contra de la vida y la libertad de nuestro pueblo, especialmente de las familias más vulnerables.
b. A los que ostentan el poder económico, político y académico, que se unan sinceramente para construir un verdadero acuerdo y trabajar bajo una visión de país, no por la lógica de los intereses particulares que históricamente se han impuesto, aun a costa de la vida y el sufrimiento de nuestro pueblo.
c. A los medios de comunicación, que contribuyan a generar un ambiente de paz y esperanza, ya que pueden hacerlo, destacando con justicia lo positivo y negativo que se genera en el país, construyendo espacios para una nueva nación.
d. A las instituciones obligadas a brindar la seguridad ciudadana, a cumplir efectivamente con el mandato constitucional de perseguir el delito, respetando la Constitución de la República, las leyes y tratados internacionales referentes a Derechos Humanos.
e. A la Comunidad Internacional, apoyar a los salvadoreños en la búsqueda de una pronta y duradera solución a los conflictos sociales que vive El Salvador.
f. A todos los sectores políticos, religiosos, sociales, económicos a unirnos como un solo cuerpo para trabajar por la paz con justicia social.
Como dice el profeta Isaías: “Porque como la tierra produce su renuevo y como el huerto hace brotar su semilla, así el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones” (Is. 61:11).
Oramos para que este dolor y llanto de hoy, sean superados en el parto de una nueva sociedad salvadoreña.
San Salvador, 1 de Septiembre de 2015
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