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ONGS y voluntarios palían las penurias de cientos de refugiados en el campo de KATSIKAS IOANNINA
Nuestros compañeros, Fernando Bermúdez y Mari Carmen, han viajado al campamento de refugiados de Katsikas en Grecia, donde conviven y comparten días de intenso trabajo de la mano de la organización no gubernamental AIRE (Asociación Integral de Rescate en Emergencia).
En Katsikas, ubicada a unas cinco horas en coche de Atenas y tres de Tesalónica, sobreviven juntos sirios, afganos, o kurdos, soportando unas precarias y duras condiciones de vida que el trabajo de varias ONGs tratan de paliar. Junto con AIRE, están trabajando allí intensamente la organización española Olvidados, la suiza Lighthouse Relief, y muchos voluntarios independientes que colaboran a través de estas organizaciones.
El recinto del campamento es un antiguo aeródromo militar que no es, ni de lejos, el tipo de espacio más adecuado para la función que ahora cumple. Cuando llueve se inunda y hay que ir sacandolo todo, levantando tiendas y reestructurando. Unas condiciones de vida pésimas.
El ejército empezó dando una comida al día, un servicio de catering que paga la UE pero ni siquiera está adaptado a sus hábitos culinarios, lo cual es también un problema para los refugiados. La alimentación es a todas luces insuficiente y deficitaria, especialmente para los niños en crecimiento.
La prevención de enfermedades es lo que también se procura con las tareas relacionadas con el agua y el saneamiento que, en este caso, han llevado a cabo gracias a otra organización. Hay un grupo de una ONG que se llama Waters y se dedican a temas de agua y alcantarillado, que han llevado a cabo un proyecto con Oxfam para hacer unos nuevos baños en sustitución de los que había, porque la situación era tercermundista con los niños al lado de aguas fecales y en situación de riesgo de coger infecciones.
A través de AIRE se asumen también tareas de organización y logística en las que se han especializado. Se habilitó un almacén para poder gestionar adecuadamente y de forma planificada los materiales que descargaban los camiones de la ayuda humanitaria. En este espacio, han llegado a habilitar una tienda exclusivamente de ropa porque la hay por toneladas y se tiene que clasificar por sexos, edades y temporada, en un trabajo que resulta muy laborioso.
Todos los trabajos resultan intensos y laboriosos para los medios con los que cuentan. Pero, lo que se pretende no es que les mejoren las instalaciones, que es lo que hacen, sino que les den permiso para pasar a los países de la Unión Europea y puedan vivir como merecen.
Ahí van algunos testimonios de primera mano:
3 de Julio de 2016
Desde el campo de refugiados de Katsikas, en Grecia, un fraternal saludo. Ayer encontramos a una familia kurda yishani comiendo en la puerta de su jaima. Una niña de 9 años, al vernos pasar, nos coge de la mano y nos invita a sentarnos. Nos entrega una cuchara para que comamos con ellos un arroz blanco. Comimos un poco. No nos entendiamos por la Lengua, pero nos entendíamos con la mirada y el corazón. Fue una auténtica comunión. Yo lo interpreté como una Eucaristía. Después de comer se pusieron de pie todas las familias kurdas yishadis. Cogieron las pertenencias mas necesarias y salieron del campamento y emprendieron un nuevo éxodo. Eran 240 personas. Decían que se sentían amenazadas por el DAES. Los acompañé ayudando a aquellas mujeres que caminaban llevando a sus bebés en brazos. Después de varias horas en la carretera de Ioanina llegaron cinco autobuses enviados por el gobierno de Grecia y los reubicó en un lugar más seguro. Llama la atención que sólo Grecia, país que sufre una fuerte crisis económica, sea el único de Europa que ha dado acogida a casi 50.000 refugiados. La inmensa mayoría de los voluntarios que los acompañan son gente joven. Me siento el abuelo de estos chicos y chicas griegos y de otros muchos países europeos. En la solidaridad se hace presente la ternura de Dios.
6 de julio de 2016
Un saludo a todos. El trabajo es duro tanto física como emocionalmente. Comenzamos a las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche. Ayer llegó un trailer de España cargado de alimentos, calzado y ropa. Nos llevó toda la tarde para descargarlo. Gracias a que han llegado más de 20 estudiantes de España y se pudo hacer sin sobreesfuerzo. Pero la situación de la gente es deprimente porque no saben cual será su futuro. Los sirios son muy cultos, casi todos tienen carreras universitarias. Los hay profesores de univeridad, maestros, ingenieros, empresarios… Son gente de clase media alta, pero todo lo perdieron, todo fue destruido y muchos perdieron a sus familiares. Es una guerra, según ellos, impuesta desde el exterior. Y ahora aquí se encuentran sin nada viviendo en la más extrema pobreza y lo peor sin esperanza. Es muy duro. Los afganos son gente muy pobre que salieron huyendo de su país al encontrarse entre dos fuegos: los talibanes y los norteamericanos. Pero lo que más llama la atención es la cantidad de niños que hay. Ellos no pierden la alegría.
15 de julio de 2016
Os comparto que con vuestra ayuda se está comprando fruta, manzanas y plátanos, para complementar la alimentación de los niños. Algunos refugiados están haciendo en la puerta de su jaima un pequeño huerto.
21 de julio de 2016
El martes nos despedimos de los refugiados del campo de Katsikas. Fue dura la despedida. Fueron 22 dias de convivencia con ellos. Ayer visitamos los campos de Detención y Deportación de Xanthi, acompañando a la Caravana de la Solidaridad, cerca de la frontera con Turquía. Son afganos, eritreos, etíopes y libios. La UE presiona a Grecia para que sean devueltos a sus países. Una vergüenza. La policía nos dispersó arrojándonos gases lacrimógenos. Hoy visitaremos los campos sirios y kurdos de Tesalónika.
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