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Día a día con Monseñor Romero. Libro II. Monseñor Romero - Hombre de Dios.- 38
260. Renovemos la alianza con Dios.
“la alianza es recoger todas esas cosas rotas. El hombre que renueva la alianza con Dios debe renovar también su alianza con la naturaleza, con los otros hombres, consigo mismo.”
Nuevamente Monseñor Romero nos hace rectificar: la relación con Dios y la relación con la naturaleza, con los hombres y las mujeres, y con nosotros/as mismos/as, son los dos lados del mismo misterio de la vida. Jesús nos dijo que el amor a Dios y el amor al prójimo va junto. En la primera carta de Juan leemos “el que no obra la justicia no es de Dios, y tampoco el que no ama a su hermano” (1 Jn3,10). “El que ame a Dios, ame también a su hermano” (1 Jn 4,21)
En realidad es tan evidente en los testimonios más fuertes del Antiguo Testamento, y aún más en el mensaje de Jesús: no se puede separar servir a Dios, amar a Dios, de servir a las y los demás, amar a las y los demás. Solo que Jesús dejó bien claro que esos “demás” son las y los pobres (hambrientos, sedientos, enfermos, encarcelados, ciegos, sordos, leprosos, ….). No se puede confiar en el Dios de Jesús, sin un compromiso claro (una verdadera alianza) con las y los excluidos/as de nuestra sociedad. De nada sirve el servicio o el culto religioso, si no está insertado en la realidad de las y los pobres, su esperanza y su lucha de liberación.
261. Dios quiere tener la alianza con sus hijos.
“La fraternidad que predicamos desde la revelación de Dios.” La alianza de Dios con la humanidad solo tiene sentido desde la alianza entre las y los humanos. Dice Monseñor “Las luchas de clase, las violencias, los odios no existieran si existiera un respeto a la alianza cósmica al sentir que Dios quiere tener la alianza con sus hijos.”
En realidad las Iglesias no han sido capaces de predicar la buena nueva como un mensaje integral, que incluye a todo el ser humano, a todos los seres humanos y a toda la creación (la naturaleza). Por predicar mensajes religiosos aisladas de la realidad, por promover dinámicas religiosas apartadas de los retos de la sociedad, toda la cristianización (en Europa y el Norte de Africa, y luego hacia otros continentes) ha dejado intacto o ha fortalecido todas las contradicciones de clase, todas las estructuras injustas pecaminosas. Lo que tendría que haber sido (y ser) el fermento de la más profunda transformación socio-económico-política de las estructuras, en realidad ha servido en general en justificación ideológica de la misma. Por supuesto ha habido personajes y algunos movimientos alternativos. Pero no han logrado se fermento para “arrancar de raíz la estructura injusta”.
Si la predicación de la revelación del Dios de Abrahán, de Moisés, de los profetas y aún más radical el Dios de Jesús, no se concretiza en nuevas vivencias fraternas hasta siendo fermento de transformación, no estamos cumpliendo la misión, no estamos respondiendo a la Alianza que Dios quiere con la humanidad. Claro, nos va a costar la vida!!! Así como le costó la vida a Jesús, a Monseñor Romero y a tantos otros miles.
262. El único Dios verdadero.
En esta cita Monseñor Romero aclara a los católico cristianos/as lo que significa ir a misa. Antes de mencionar los compromisos, es importante tomar en cuenta que cuando alguien va a misa, cuando se va estar en la eucaristía y no está dispuesto/a a asumir esos compromisos, deja de ser parte de la eucaristía, es como que no ha estado. No puede servir como consuelo o justificación religiosa.
Ir a misa es:
- “Venir a realizar la alianza con Dios.
- Vivir la alianza que me hace respetar a Dios y sentir a Dios como el único Dios verdadero
- Derrumbar todos los ídolos que le quieren quitar el puesto a Dios en mi propio corazón o en mi propio pueblo”.
Una alianza no es solo cuestión de alguna vez haberse puesto de acuerdo o firmado algo, o prometido algo. Una alianza se vive diariamente. Cada día está en juego el cumplimiento con los acuerdos asumidos mutuamente. En el bautismo nuestros madres y padres, padrinos y madrinas (al bautizarnos chiquitos/as) se han comprometido a vivir esa alianza con Dios. En la confirmación reafirmamos personalmente ese compromiso. Y Monseñor Romero nos dice hoy que cada eucaristía debe ser expresión de realizar la alianza y de vivirla.
La alianza de parte nuestra tiene dos componentes, según esta cita de Monseñor Romero. (1) respetar a Dios y sentirlo como el único Dios. (2) derrumbar constantemente todos los ídolos que agresivamente quieren anidarse en nuestro corazón y (cuidado!!!) en nuestro pueblo. Ambos aspectos son como los dos lados del mismo acto de la Alianza y no pueden separarse. Respetar a Dios como único Dios es a la vez derrumbar a los ídolos y luchar contra las idolatrías.
263. Yo soy el Señor, tu Dios.
Monseñor está convencido que el Dios de Jesús nos dice a cada ser humano: “Yo soy tu Dios, tu Señor, yo te he impuesto una ley. Hay que cumplirla”. Dios es la fuente de vida, de El nacimos. Nos ha dado “el ser”, la vida, la existencia. Y la ley que nos ha impuesto es la invitación, la llamada que nunca se apaga: ámense unos/a a otros/as.
Se puede decir “no creo en Dios”. Muy probable coincidimos de no creer en esas imágenes falsas de Dios que – lastimosamente – nos han enseñado durante siglos (con una pastoral de “miedo”) y que aún hoy sobrevive. Esas imágenes de un dios todopoderoso, omnipotente,…. que está lejos de nuestra realidad, de nuestro dolor y de nuestra esperanza. Quien dice no creer en Dios, muy probablemente no haya tenido la oportunidad de encontrarse con la fuente de su propia vida, con el Dios cercano, el Dios Padre-Madre, todo-misericordioso. Las iglesias han promovido ritos, doctrinas y dogmas, pero muy pocas veces experiencias de vida y de fe.
Gracias, Dios, por la vida que podemos cuidar y a la que podemos servir, amar.
264. Libres para Cristo.
Monseñor inicia esta reflexión con la pregunta: ¿cuál es el sentido de la liberación? Y añade “Dios es el gran liberador” recordando “Yo te he dado la libertad”. Al final de la cita nos habla de la importancia de los 10 mandamientos de la ley de Dios. Nos reta a entrar en la intimidad de cada corazón para mirar “de verdad cómo estamos cumpliendo nuestra alianza con Dios”.
En El Salvador he comentado varias veces que si respetáramos en aquí estos diez mandamientos básicos de la convivencia humana como el sello de Dios, no necesitaríamos la constitución. No matar…. Seguimos con más de 10 homicidios al día; no robar….. algunas de las investigaciones serias descubren cada vez más la tremenda corrupción, los robos millonarios de parte de los políticos del partido ARENA - pero menciona también las extorsiones de parte de las maras (son sobre todo familias pobres, pequeños empresarios que son extorsionados diariamente); no mentir….. nuestros medios de comunicación – como instrumentos ideológicos en las manos del poder oligárquica – no hacen otras cosas que mentir, que decir medio verdades, de seleccionar aquellos “hechos” como noticias que sirven para adormecer, entretener al pueblo y para desfigurar buenas obras del gobierno del fmln. Respetar madre y padre… da lástima ver a personas ancianas en las calles de San Salvador pidiendo algo para sobrevivir. Pero hoy hay que añadir respetar a los hijos/as, ya que los casos de abuso (de todo tipo) aparecen cada vez más. Respetarse… entre hombres y mujeres: las denuncias de acoso y abuso siguen aumentando. …. Y por supuesto al actuar así no se puede creer en Dios (el primer mandamiento).
Monseñor menciona en esta cita también que Dios nos ha dado la libertad para ser “libres para Cristo”. Quiero entenderlo como: libres para seguir el camino de Jesús, para asumir su misión, para dar testimonio vivo y consecuente de Jesús.
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