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Día a día con Monseñor Romero. Libro II. Monseñor Romero - Hombre de Dios.- 41
285. Dios no hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes.
Creer que Dios es vida y que nosotros/as somos su imagen, nos exige que vivamos de verdad como generadores de vida, defensores de la vida, protectores de la vida. Esto es aplicable a la naturaleza que ya hemos dañado tanto y que los poderosos y ricos del mundo siguen destruyendo a velocidades enormes. Es aplicable por supuesto a la vida humana, especialmente la vida de las y los más excluidos, débiles. En la tierra tenemos suficientes recursos básicos para que todos/as podamos vivir dignamente. La (extrema) pobreza, el hambre, la sed… son graves violaciones a esa misión de ser defensores de la vida.
Es bien curioso que las autoridades de la iglesia han sido tan lentas en reconocer y defender la plena validez de los derechos fundamentales de los seres humanos (proclamados por las Naciones Unidas). Por supuesto que a lo largo de la historia ha habido testimonios fuertes de defensa de los débiles, sobre todo en cuanto a salud y educación.
286. La fe no es un elemento mágico
“Una confianza total en Jesús”. Confiar y arriesgarse a andar por el camino de Jesús, a ser de verdad seguidor y discípulo de Jesús, es uno de los grandes retos en las comunidades cristianas, en las Iglesias. Jesús no inauguró una nueva religión, sino una nueva manera de vivir. La fe y la confianza en Jesús no se expresa en primer lugar en la participación devota y constante en ritos religiosos, sino en acciones de salvación: curar la vida, abrir los ojos a los ciegos, facilitar que los cojos anden, liberar a los explotados, engañados y oprimidos.
Para muchos la fe sigue siendo un asunto mágico. Se espera milagros. En las tarjetas de Monseñor Romero (con una reliquia!!!! Incluida) se invita a comunicar los milagros recibidos. Las iglesias invierten mucho más energía en templos, ritos, procesiones, vigilias, peregrinaciones y mucho menos en la acción concreta de solidaridad y liberación.
Al otro lado para un grupo cada vez mayor la expresión religiosa de la fe mágica empieza a ser reducida al espacio privado (sea “por si acaso”, por tener un comprobante) hasta ser rechazado. “Prefiero ser ateo”, se oye cada vez más. Muchas veces se sigue fascinado por otros espacios mágicos como Harry Potter y otros ídolos de los juegos.
La fe en Jesús es una manera de vivir al servicio de las y los demás, especialmente de las familias más pobres que las nuestras. Ahí se verá la verdad de nuestra fe.
287. el profeta, un instrumento de Dios
“No somos Dios, no tenemos la verdad absoluta, somos hijos de la tierra” Monseñor nos exige una gran porción de humildad para descubrir nuestra misión (profética). No es tan sencillo discernir si es el Dios de Jesús que nos está llamando, consagrando y enviando para la misión profética, o si es el dios de bolsillo, el dios de nuestros intereses propios (proyección de nuestros egoísmos y búsqueda de poder y dinero). Hace poco vi un listado de los “pastores más ricos” del mundo. El profeta debe ser instrumento del Dios de Abrahán, de Moisés, de los profetas, de María, de Jesús. Solo en comunidad y con suficiente honestidad seremos capaces de discernir si se trata del Dios de Jesús y de nuestro diosito (un tanto poderoso ídolo).
Y aun siendo llamado por el Dios de Jesús el profeta necesita mucha prudencia y conciencia de sus limitaciones. “Somos hijos de la tierra” Por ser consagrado por Dios y enviado a los hombres y mujeres siempre aparecerán las grandes tentaciones, para transformar la profecía en instrumento en nuestras manos y para nuestros intereses.
Al morir asesinado Monseñor Romero no dejaba ninguna riqueza, ninguna herencia- No tenía ni casa propia, no tenía propiedades propias. Hace poco murió (de enfermedad) un pastor conocido en El Salvador y pronto apareció (hasta en los periódicos) la pregunta: ¿qué va a pasar con su herencia, con sus riquezas acumuladas durante 40 años de lo que llamaron sus seguidores “servicio al evangelio”? Vale la pena hacer la comparación… ¿Quién ha sido profeta de Dios?
288. Cristo la Palabra eterna
Jesús es “Dios que ha tomado la iniciativa de venir a traer al mundo la plenitud de la iniciativa de Dios.” Estamos en camino hacia Navidad para celebrar ese acontecimiento único y decisivo: Dios mismo se hizo humano, se insertó en la historia humana, se hizo “carne” nuestra. Pero no se hizo cualquier humano: se hizo pobre y excluido, perseguido, refugiado, amenazado, ahí en un pueblito perdido, lejos del poder (imperial). La memoria popular sabía muy bien que para él “no había lugar”. Solo desde ahí, desde los no-lugar, Dios quiso humanizarse, De esta manera Jesús nos ensenó como y quien es Dios, y como y quienes somos nosotros/as. No hay donde perderse.
Da tristeza ver como hemos transformado la memoria subversiva de aquel acontecimiento en un negocio navideño, en adornos navideños, en “bonitos” nacimientos, en regalos navideños, convivios navideños, …. No faltan las tradiciones semi-religiosas populares como las posadas y otras…. Fácilmente se manipula la tradición religiosa del pueblo. Los cantos navideños no tienen ningún mensaje liberador para los tiempos de hoy….. (hay excepciones como Navidad en Libertad y unas más). Da tristeza, porque se trata de Dios mismo que se hace humano, se hace pobre para indicar el camino de vida. Y este mensaje, esta acción no aparece… más bien lo han desaparecido por peligroso. Para él no hay lugar, ni hoy.
289. Hubo un profeta que nos anunció la presencia de Dios
Es una frase que Monseñor pronuncia hablando de Jesús. Con toda razón. Pero en El Salvador, decimos hoy lo mismo de Monseñor Romero: en Romero Dios mismo pasó por El Salvador. Tuvimos aquí un profeta que nos anunció la presencia de Dios, y lo hizo con toda claridad. Pero…. No hemos escuchado. De en medio de nosotros nacieron los planos asesinos y nació el asesino de Monseñor. Así como “Dios estorba muchas veces” – nos dice Monseñor -, y pide que “no tengamos miedo” para asumir nuestra misión profética como bautizados/as. Ahí tenemos una tremenda debilidad: estamos esperando una voz profética (un nuevo Romero?,..) y nosotros mismos no asumimos nuestra misión de profeta. Hemos sido bautizados, ungidos para ser profetas, para “anunciar la presencia – estorbadora – de Dios” en nuestra sociedad, en nuestra comunidad. Preferimos no meternos en el barro, no decir nada, ser masa y un montón. Nos toca como profetas decir la palabra de Dios en nuestra sociedad, ante los acontecimientos políticos, económicos, sociales, religiosas,… ante el fraude en las elecciones en Honduras y el levantamiento del pueblo, ante el juicio al coronel Montano en España, ante las religiosas norteamericanas asesinadas, ante los casi 3 millones de dólares que la asamblea gasta en extras al final de año (bonos, aguinaldos, …), mientras miles en las maquilas no pueden comprarse el pollo,…. Nos urge asumir nuestra misión profética.
290-1. Alegría de sufrir por Cristo.
Ante los liderazgos exitosos del mundo, Jesús ha sido un fracasado, Pablo un fracasado, Monseñor Romero un fracasado. Las características del modelo de liderazgo que tiene que mide el éxito en números, cantidades, edificios, resultados, seguidores/as,….. no nos ayudan a entender el liderazgo de Jesús, ni de Pablo, ni de Monseñor Romero. Sus liderazgos son totalmente diferentes.
En la realidad de este mundo – así lo experimentó Jesús, también Pablo y también Monseñor Romero – seguir a Jesús nos va a provocar “la andanada de insultos, de desconfianzas, de calumnias, las pérdidas de amistades, el tenerlo a uno por sospechoso”. “Servir un poco a Cristo” ya es suficiente para recibir en la historia críticas y rechazos, no pocas veces desde dentro de la misma iglesia.
Los verdaderos líderes jesuánicos (según el modelo de Jesús) serán rechazados por “el mundo” del poder y del dinero, y por “la religión” de la comodidad, de la tradición, del ritualismo, del miedo, de las leyes,…. Monseñor Romero recuerda las palabras de Pablo cuando decía que se llenaba de alegría en la persecución y el rechazo, porque “así residiría en mí la fuerza de Cristo”. Monseñor lo llama una “hermosa experiencia” vivir el evangelio y a cambio en el mundo recibir rechazo y persecución.
Pero hay que tener cuidado. El criterio siempre debe ser el seguimiento a Jesús, el camino iniciado por Jesús, aquel que nació en el establo en Belén y que fue asesinado en una cruz. Este criterio se distingue y se revela en la oración personal y comunitaria. No son caprichos nuestros. No son adaptaciones doctrinales. No son espiritualismos de salvación personal. Solamente desde una fe profunda y auténtica en Jesús, se podrá vivir esa alegría también en la persecución por andar en el camino de Jesús.
290- 2. Alegría de sufrir por Cristo.
En la misma cita Monseñor nos habla del profetismo. “ustedes y yo somos un pueblo profético, es que todo bautizado ha recibido participación en la misión profética de Cristo.” A veces he comentado que en los últimos decenios ya no hay “profetas” en las iglesias. Es cierto que entre los pastores, obispos, teólogos,… de hoy, no aparecen grandes profetas como los que tuvimos en los años 60 – 80 /90. Quizás aparece la gran profecía en palabras y gestos del Papa Francisco, del arzobispo de Canterbury Justin Welby, o el patriarca Bartolomeo de Constantinopla. Pero en nuestro continente aún no hemos superado el “invierno eclesial”.
Monseñor Romero, sin embargo, nos recuerda a cada uno/a que hemos sido elegidos y enviados para ser profetas. El compromiso bautismal incluye la misión de asumir el profetismo de Jesús. Cada miembro de las comunidades creyentes debemos ser profetas (en denuncia y en anuncio), al nivel donde alcanzamos, pero no podemos no ser profetas. Si hoy no se oye voces proféticas, es porque nosotros/as estamos fallando ante el compromiso bautismal.
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