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Día a día con Monseñor Romero. Libro II. Monseñor Romero - Hombre de Dios.- 52
364. El Reino de Dios ya está misteriosamente presente en nuestra tierra, cuando venga el Señor se consumará su perfección.
Durante la homilía en la eucaristía donde lo han asesinado, Monseñor Romero nos anima, nos da ánimo y esperanza. Dice que todo esfuerzo sincero (podemos aclarar: sin otras intenciones, sin intereses personales, sin idolatrías) por mejorar la sociedad (tan injusta y tan penetrada por el pecado, el anti Reino) recibe la bendición de Dios. Serán esfuerzos “que Dios bendice, que Dios quiere, que Dios nos exige”.
En la última parte Monseñor nos habla claro: el Dios de Jesús nos exige grandes, inmensos esfuerzos por mejorar la sociedad. No es fácil, porque cambiar estructuras de pecado (así es porque generan la muerte de las y los pobres) no es fácil. En nuestros sistemas llamados democráticos solo con elecciones representativas se puede tener asambleas que cambian las reglas del juego. Muchísimas gente que en El Salvador ha recibido los enormes beneficios de los programas sociales del gobierno, lo olvidan en el momento de las elecciones y votan por el partido que hará exactamente lo contrario, les quitará los beneficios sociales y los condenará a más pobreza, en vez de cambiar las estructuras. Monseñor nos recuerda – son casi sus últimas palabras – que Dios nos exige esfuerzos por mejorar la sociedad. No tengamos miedo.
365. El que se entrega por amor a Cristo al servicio de los demás, vivirá.
Monseñor casi explica en palabras que minutos después le está sucediendo cuando la bala asesina le destruye el corazón. Para que haya cosecha (justicia, fraternidad, igualdad, libertad, misericordia, vida en abundancia para todos y todas,..) es necesario dejarse “inmolar en esa tierra, deshacerse y solo deshaciéndose produce la cosechas”.
El verdadero amor a Cristo solo se vive sirviendo a las y los demás, no en asuntos religiosos, sino para que haya vida de verdad para otros/as. Cada uno/a en su familia, en su colonia, en su trabajo, en la organización social, gremial y política, cada uno/a es llamado vivir ese amor a Cristo en verdadero servicio para que haya vida. Para muchos cristianos (de tradición, de una u otra iglesia, o corriente o movimiento) Cristo no es la fuente de su entrega, sino son otros intereses personales y colectivos.
En las comunidades cristianas tenemos la responsabilidad de ayudarnos mutuamente en los grandes esfuerzos por conocer a Jesús, por ir al encuentro con Él y para que de verdad Jesús (en quien Dios se hizo presente y se dejó conocer en plenitud) pueda ser la fuente de nuestros compromisos.
GRACIAS MONSEÑOR POR SEGUIR DESAFIANDONOS….
Esta es la última publicación ya que hemos llegado al final del segundo libro "Día a Día con Monseñor Romero". Espero que estas reflexiones hayan motivado a cada uno/a a hacer sus propias reflexiones sobre su realidad histórica como pueblo y como Iglesia.
En los proximos meses juntaré todas las reflexiones en un solo documento pdf, así como lo hice con las reflexiones sobre el primer libro.
SI ALGUIEN DESEA RECIBIR ESE DOCUMENTO, PUEDE ESCRIBIRME. ludo.vandevelde@gmail.com
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