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Martirio y justicia en El Salvador
El 16 de noviembre de 1989, el alto mando militar salvadoreño ordenó asesinar al jesuita Ignacio Ellacuría y no dejar prueba alguna, ni un solo testigo vivo. Aquella triste madrugada los asesinos penetraron en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y, después de disparar contra una fotografía de monseñor Romero, que había sido asesinado años antes, obligaron a Ellacuría y a sus cinco compañeros, también jesuitas, a salir al jardín de la residencia de la universidad para masacrarlos de la forma más cobarde imaginable. A Ignacio Ellacuría le acompañaron en el martirio sus compañeros Ignacia Martín Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López; y también Elba Ramos, su empleada doméstica, y la hija de esta, de tan solo 15 años.
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https://elpais.com/elpais/2018/02/13/opinion/1518537251_196849.html
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