«ESTAD SIEMPRE ALEGRES...»
Meditación “romeriana” en tiempos de “espera”, en tiempos de cuarentena, de cuaresma
En estos momentos de dificultades les comparto el siguiente comentario de nuestro Santo, como buen profeta tiene palabras de consuelo y aliento. Es un comentario de su homilía “Dios trae la alegría de su liberación para todos los hombres. Convirtámonos a Él”. 3er Domingo de Adviento. 16/Dic/1979; ciertamente, ahora estamos en Cuaresma, pero, de alguna manera también la Cuaresma es “adviento”, es “espera del Resucitado” y el llamado a la conversión está siempre presente. Es un mensaje contextualizado a las circunstancias propias de hace 40 años, a nosotros nos toca contextualizarlo al momento que estamos viviendo. Veamos algunos extractos de esa importante catequesis:
La segunda lectura (Filipenses: 4, 4-7) de donde toma su nombre este domingo nos exhorta, precisamente, a la alegría porque: «El Señor está cerca». ¿Ven, queridos hermanos, como la presencia de Dios en la historia es una tesis sustancial de la Biblia, de la revelación de Dios? Ningún cristiano debe sentirse solo en su caminar, ninguna familia tiene que sentirse desamparada, ningún pueblo debe ser pesimista aun en medio de las crisis que parece más insoluble como la de nuestro país, Dios está en medio de nosotros.
Tengamos fe en esta verdad central de la sagrada revelación. Dios está presente, no duerme, está activo, observa, ayuda y a su tiempo actúa oportunamente. Por eso la presencia de Dios despierta en el corazón la verdadera alegría: «¡Alegraos en el Señor!; de nuevo os repito: ¡alegraos porque Dios está cerca!» Es el gran llamado de este domingo hecho por San Pablo no sólo a la comunidad de los Filipenses, sino a los cristianos de todos los tiempos: Dios está cerca, fuente de alegría.
2º) LIBERACIÓN BAJO EL SIGNO DE LA ALEGRÍA
a-) «Estad siempre alegres...» Es la nota típica de este domingo: que Dios ofrece la liberación bajo el signo de la alegría. Cómo quisiera yo, queridos hermanos, y todos los que a través de la radio están en este momento de reflexión en la Palabra de Dios conmigo, que sacáramos este domingo el sentimiento optimista de la alegría verdadera: «¡Estad siempre alegres en el Señor!»
-«El Señor está cerca...»
¿En qué se basa? En la cercanía de Dios. Dios es alegría, Dios no quiere la tristeza, Dios es optimista, Dios es posibilidad de todo lo bueno, Dios es omnipotencia para hacer el bien y el amor. ¿Quién puede estar triste con la presencia de un Dios que lo llena todo?
Nada os preocupe –dice San Pablo (Filipenses: 4, 4-7)–. Manifestad esa alegría en oración, acción de gracias, petición de lo que necesitamos, reconocimiento de nuestras limitaciones pero sabiendo que alguien puede llenar lo que a mí me falta».
-Equivale a la paz de Dios
En las crisis de los pueblos saber que Dios tiene la clave de la historia en su mano y sabrá sacar a flote toda esa tremenda situación de la Patria, equivale esta alegría, a la Paz de Dios que sobrepasa todo juicio. Y así dice San Pablo: «que ella custodie vuestros corazones, y vuestros pensamientos en Cristo Jesús».
b-) Calidad de esta alegría
-No es una alegría de mundo. De placeres, las falsas alegrías que los hombres llaman felicidad y que no son más que amargura, zozobra, asquerosidad. Es la alegría que produce paz de Dios en el corazón.
Alegría que se puede tener aún medio de las tribulaciones porque es una alegría que dimana de la redención. Y la redención se ha hecho con cruz, el dolor del hombre es cruz y que como cruz trae redención, y debe de dar paz, alegría de pascua, esperanza de resurrección. No es conformismo porque el conformismo tampoco es alegría. El conformismo es un hombre pesimista, un hombre determinista que cree que todo le viene impuesto de arriba y que él no tiene acción alguna. Ése es un concepto falso, diría yo: «¡blasfemo!», de la voluntad de Dios. El que no quiere salir de su situación de oprimido, de su situación de marginación creyendo que ésa es voluntad de Dios, está ofendiendo a Dios. ¡Dios no quiere la injusticia social!...
-Esta alegría debe de ser testimonio frente a toda la humanidad. San Pablo dice: «Que vuestra mesura sea conocida por todo el mundo...»…
PREGUNTAS PARA LA REFLEXION PERSONAL Y/COMUNITARIA:
- ¿Cuáles son las circunstancias familiares, sociales, políticas… que estamos viviendo?
- ¿Qué pensamientos de Mons. Romero nos llaman más la atención? ¿De qué manera, Mons. Romero, ilumina nuestra situación actual?
- A partir de estas reflexiones qué compromiso (personal, familiar y/o comunitario) podemos asumir que nos lleve a poner en prácticas estas reflexiones?