"En las diversas coyunturas políticas lo que interesa es el pueblo
pobre" (17 feb. 1980) Mons. Romero.
Los abajo firmantes somos personas y organizaciones comprometidas con el desarrollo social y humano. Durante muchos años hemos trabajado solidariamente con los pueblos, compartiendo sus luchas y anhelos de construir una sociedad justa y democrática, en la cual se respeten plenamente los derechos humanos de todas y todos.
Ahora nos lleva a manifestarnos con suma preocupación ante los diferentes hechos sucedidos por la emergencia del COVID-19 en El Salvador.
Queremos expresar, ante la crisis democrática e institucional que vive El Salvador, nuestra preocupación por:
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Las constantes denuncias de violaciones a los derechos humanos, en el que se han visto involucrados agentes de la PNC y elementos de la Fuerza Armada.
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Negarse a acatar las sentencias emitidas por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), ante los decretos ejecutivos, en los que se detienen a la población y se envían a centros de retención.
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Los constantes enfrentamientos entre el Órgano Ejecutivo y el Órgano Legislativo, acción que conlleva a la constante agresión y alteración del orden democrático y constitucional.
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Ambas posturas antagónicas son el resultado de un forcejeo en el que cada órgano de Estado busca obtener réditos políticos de cara al proceso electoral que se desarrollará dentro de nueve meses aproximadamente.
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De igual manera, esta confrontación representa una lucha de poderes entre los grandes capitales que históricamente han dominado el país y que solamente buscan sus propios beneficios económicos y de poder absoluto, utilizando nuevamente a las instituciones políticas para alcanzar sus fines.
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En medio de estas luchas de poder, y como siempre, queda el pueblo salvadoreño sufriendo y pagando las consecuencias de estas acciones insensatas e irresponsables. Una vez más al pueblo le toca sufrir y poner los muertos ante los caprichos y acciones inhumanas de las clases políticas y sus financistas.
Bajo ese contexto, consideramos que el verdadero pueblo llano es el que siempre ha trabajado por sacar adelante al país ante cada situación que a El Salvador le ha tocado enfrentar, ya sea la guerra, terremotos, crisis económicas o enfermedades. Durante la pandemia provocada por el COVID-19, el pueblo salvadoreño ha sido obediente y disciplinado y, a pesar de sufrir atropellos a sus libertades, abusos de poder y violaciones a sus derechos humanos, ha cumplido al pie de la letra todas las medidas implementadas, aún a costa de aguantar hambre.
Por lo tanto exigimos:
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Al Órgano Legislativo y al Órgano Ejecutivo que se sienten a negociar, que dejen de lado sus intereses personales y diferencias políticas y que trabajen en la formulación de medidas que garanticen una efectiva lucha contra el COVID-19, protegiendo integralmente a todas y todos los salvadoreños.
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Al presidente Nayib Bukele, que acate las recomendaciones de la sala de lo Constitucional y las emitidas por organismos internacionales, tales como la ONU y la CIDH, para que aborde con seriedad el tema de emergencia por el COVID-19 y la situación de atención a la población más vulnerable.
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Que dé atención urgente a la salida de las más de 3 mil personas en retención que más corren el riesgo de contagiarse del COVID-19.
Finalmente hacemos un llamado a la comunidad internacional, salvadoreños en el exterior, organismos de derechos humanos internacionales y, en especial, a la sociedad civil organizada, a que estén pendientes del curso que tome esta absurda lucha de poderes, ya sea para denunciar o exigir que se respete la institucionalidad y se elija como prioridad proteger la seguridad y la vida de la población salvadoreña.
Mayo de 2020
Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina “Oscar Romero”.