Autoría
Carlos Ayala Ramírez
- En mi exposición me limitaré a describir cómo influyó el Concilio Vaticano II y Medellín en la práctica teológica pastoral de la arquidiócesis, según se recoge en la Segunda Carta Pastoral, titulada, “La Iglesia, cuerpo de Cristo en la historia” (agosto, 1977). A esas alturas, el Concilio Vaticano II había cumplido 12 años de su publicación y Medellín 9. La Iglesia salvadoreña recibe el Vaticano II hasta cinco años después (primera semana de pastoral de 1970). Algo parecido ocurre con Medellín, recibido dos años después de su terminación. Eran documentos recibidos con retraso y la primera reacción fue de rechazo, especialmente, por la mayoría del episcopado salvadoreño y por sectores tradicionalistas. La novedad se encuentra con un muro: la tradición sin evolución que deriva en una crisis eclesial (“conclusiones como las de Medellín ahí están clamando al cielo y casi son letra muerta”, R.G).
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