Desde la red SICSAL y nuestra nueva alianza CONVIDA-20, que engloba una amplia red de grupos, individuos y comunidades, principalmente en Latinoamérica, y también alrededor del mundo, extendemos nuestra acción de gracias y gratitud por la vida y el testimonio de Dianna Ortiz, una hermana poderosa y compasiva. Llevamos su espíritu, y el espíritu de tantxs, hacia adelante en la lucha por la justicia en las Américas y en el mundo.
La hermana Dianna Ortiz, estadounidense, hacía parte de la congregación religiosa de las hermanas Ursulinas y llegó a Guatemala en 1987. Fue retenida por militares guatemaltecos quienes la torturaron, violaron y finalmente, tras la intervención de una persona de origen estadounidense, quien ordenó a sus torturadores que se detuvieran por que “la noticia de su desaparición ya estaba en la prensa”, puedo saltar de un vehículo en el que la trasladaban, logrando escapar.
De vuelta a los Estados Unidos y enfrentando las afectaciones de la extrema crueldad que padeció, dedicó su vida a defender a víctimas de violaciones a los derechos humanos, fue directora de Pax Christi Estados Unidos, e hizo parte de la campaña para desclasificar documentos estadounidenses que evidenciaban vínculos con violaciones de derechos humanos en Guatemala.
Dianna falleció de cáncer el pasado 19 de febrero de 2021, a los 62 años de edad. Su opción por los empobrecidos, por las víctimas de la represión estatal, con complicidad de los Estados Unidos, que padeció en su propio cuerpo; como su tenacidad por el esclarecimiento de la verdad, son un auténtico y edificante testimonio profético que nos interpela poderosamente.
Febrero 21 de 2021.