Asamblea Eclesial Latinoamericana y Caribeña: la palabra viva de Mons. Óscar Romero.
Siento que esta Iglesia de la alianza, esta Iglesia de la Arquidiócesis, heredera de la alianza de Abraham y de Moisés y de Cristo, es ahora verdaderamente auténtica, porque ahora la Iglesia no se apoya en ningún poder, en ningún dinero. Hoy la Iglesia es pobre, hoy la Iglesia sabe que los poderosos la rechazan pero que la aman los que sienten en Dios su confianza. Y yo les invito, queridos hijos de la Iglesia, jamás traicionar esta alianza con nuestro Dios, porque esto es lo que le enojaba a Dios. Cuando su pueblo desconfiaba de su propio valor y se iba a apoyar en Babilonia o en Egipto, Dios lo rechazaba y era víctima de su propia desconfianza. Pero a Israel rodeado de enemigos poderosos, puesta su confianza en el único Dios, Israel vencía. Esta es la Iglesia que yo quiero, una Iglesia que no cuente con los privilegios y las valías de las cosas de la tierra, una Iglesia cada vez más desligada de las cosas terrenas, humanas, para poderlas juzgar con más libertad desde su perspectiva del evangelio, desde su pobreza. No una pobreza demagógica, porque eso no es pobreza. El que se finge pobre para hacer la revolución, sembrar el odio, no es pobre; lleva en sí una confianza en su revolución, y eso ya no lo hace auténticamente pobre. Pobre es la Iglesia, que no confía en ninguna revolución de la tierra, que no siembra odios, porque allí no encuentra nada. Que siembra amor a Dios y amor al prójimo, el Reino de Dios en la tierra, la verdadera pobreza, la verdadera humildad. Esta es la Iglesia que soñamos, hermanos, y la que yo creo que se va construyendo en nuestra Arquidiócesis.
[La Iglesia de la Alianza y de la pobreza. 22° Domingo del Tiempo Ordinario. 28/Ago/1977, I-II, 200]
[Mons Romero. 30 Septiembre 1979 VII pg 302]
https://asambleaeclesial.lat/la-asamblea En camino hacia la Asamblea Eclesial Latinoamericana (I)