Ante el fenómeno nada edificante de las inmatriculaciones realizadas por la jerarquía católica al amparo de una ley de privilegio franquista, muchos católicos y católicas españoles, mayormente integrados en Comunidades y Redes cristianas, nos hemos sentido obligados a reaccionar desde el Evangelio, ante hechos que, como este de las inmatriculaciones, dejan muy deteriorada la imagen pública de la Iglesia y la alejan de aquel “signo escatológico del Reino” al que aspiraba desde el Vaticano II; para ello hemos escrito la carta que te adjuntamos.
La carta la hemos hecho llegar también al Papa Francisco, vía Nunciatura, así como a los obispos titulares de las diferentes diócesis españolas y a las superioras y superiores de las congregaciones y órdenes religiosas radicados en España.