Autoría
Francisco Javier Sánchez, capellán cárcel de Navalcarnero
Hace ya cuatro años, el 14 de octubre de 2018, nuestro hermano el papa Francisco reconocía públicamente la santidad del Arzobispo asesinado en San Salvador, mientras celebraba la Eucaristía, el 24 de marzo de 1980. Y digo que la reconocía públicamente, porque el pueblo salvadoreño, y el otro santo sin canonizar de América Latina, Pedro Casaldáliga, ya lo reconocían como tal en el mismo instante de su asesinato, cuando la bala asesina lo hacía caer al pie del altar, de aquella capilla del Hospitalito [....]
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