Ocote 94. Paradigma antropocósmico

Enviado por CorAragón el Sáb, 03/03/2018 - 19:47
Ocote 94

Pensar cosas que antes no habíamos pensado… Con esta sugerencia de nuestro querido José María Vigil, y aprovechando sus pensamientos para fertilizar los nuestros, nos lanzamos a publicar este documento del Ocote Encendido que se abre ante tus ojos. “500 años de reforma. Ya no es tiempo de Reformas, sino de una gran Ruptura” y “«Humanos, Naturaleza y Dios», El paradigma antropo-teo-cósmico. Sacando a la luz un paradigma decisivo” parecen dos títulos en los que no se puede encontrar una línea de continuidad. Quizás no busquemos una línea sino un rastro de miles de destellos, de esos que ponen a trabajar nuestra mente, alimentada por nuestro corazón. Ése ha sido nuestro sentimiento al leer estos textos proporcionados por José Mari: descubren y se esconden, plantean y nos dejan a la intemperie... El 31 de octubre de 1517 Lutero dio a conocer sus tesis, con tales consecuencias que esa fecha es señalada como el comienzo de la Reforma protestante y una vuelta a la pureza del mensaje del Evangelio de Jesús. En 2017, las Iglesias cristianas e incluso el mundo laical celebran los 500 años de la Reforma. Hoy hay un cierto consenso en que Lutero no tenía en mente dividir la Iglesia. El Papa, en este contexto, ha hecho afirmaciones como éstas: “El acercamiento nos hace bien a todos. Cuando nos alejamos, nos cerramos dentro de nosotros mismos, adquirimos miedos. Es necesario aprender a trascender para el encuentro con los demás”. Es preciso reflexionar sobre si en un mundo en que imperan la competición y el lucro, el espíritu que animó a Lutero y la radicalidad de su profecía todavía suscitan una reforma permanente en las Iglesias y en el corazón de las personas que creen en el Evangelio. En la Reforma luterana del siglo XVI y en la reforma permanente de la Iglesia a la que somos llamados hoy y siempre a colaborar, podremos ver la acción del Dios de amor maternal. En el momento actual en que se está dando la transformación religiosa más radical y masiva de una sociedad en toda la historia conocida: el abandono de una religión por una parte de la sociedad de una manera masiva, abrumadora,… y tranquila, es decir serena, consciente, convencida. Todo indica que se abre una nueva etapa de religiosidad tan diferente que muchos la confundirán con el ateísmo o la ausencia de religión. Vigil nos plantea si no se estará produciendo un nuevo «tiempo axial», que no va a reformar una religión u otra, sino que va a trastocar el sentido mismo de la religiosidad, de forma que la nueva espiritualidad va a resultar difícilmente reconocible. Su reto: renovar con fe madura y libre el «paradigma antropo-teo-cósmico» de nuestra fe, a la luz de lo que sabemos hoy científicamente. Como él dice: “que estas reflexiones susciten otras, y que esta minga provoque otros diálogos” .

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