CURSO BIBLICO DESDE LA CATEQUESIS DE MONS. ROMERO (tema 37)


INDICE

Tema 37 LIBROS SAPIENCIALES: EL ECLESIASTÉS

Volver al índice general

 

 

    Vídeo (espere que finalice la descarga) y PDF del tema

 

TEMA 37 LIBROS SAPIENCIALES: EL ECLESIASTÉS

De la mano de Mons. Romero, seguimos realizado esta catequesis bíblica. Después de haber visto los 5 libros del Pentateuco y algunos de los libros Históricos, hemos comenzado –con el tema anterior– la catequesis de los libros conocidos como SAPIENCIALES o POÉTICOS; son 7: Job, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Libro de la Sabiduría, Eclesiástico y Salmos el cual está compuesto por 150 poemas o canciones.

La vez pasada nos detuvimos a considerar a algunos de los Salmos, la catequesis de hoy versará sobre el libro del Eclesiastés.

La “Biblia Católica para jóvenes” nos explica así el contenido de los libros sapienciales:“La sabiduría que emana del camino de la fe y el estilo de vida propuestos por Dios tiene como fin la puesta en práctica de la relación con Dios en la vida cotidiana, y se encuentra con mayor intensidad en los cinco libros sapienciales: Job, Proverbios, Eclesiastés, Sabiduría y Eclesiástico. Estos libros recogen consejos de los sabios para la vida diaria, que son relevantes para personas de cualquier cultura, aunque se distinguen por tener en mente al Dios único del pueblo de Israel”.

El sitio web del Grupo de las librerías de la Editorial San Pablo nos hace las siguientes aclaraciones sobre este libro: El autor de este Libro es un “Sabio” de mediados del siglo 3° a. C. que pone sus reflexiones en boca del ECLESIASTÉS, palabra griega que significa “predicador” o “presidente” de una asamblea religiosa. De ahí el título de la obra, cuyo nombre hebreo –COHÉLET– parece significar más o menos lo mismo.

  1. Teniendo estas explicaciones presentes, preguntamos a Mons. Romero ¿Cuál es el texto de Eclesiastés para la catequesis de hoy?

    La primera lectura está tomada del Libro de Eclesiastés (Ecl 1, 2; 2, 21-23), en el capítulo primero: "Vaciedad sin sentido dice el predicador. Vaciedad sin sentido, todo es vaciedad. Hay quien trabaja con destreza, con habilidad y acierto, y tiene que legarle su porción al que no la ha trabajado. También esto es vaciedad y gran desgracia. ¿Qué saca el hombre de todo su trabajo y de los afanes con que trabaja bajo el sol? De día, dolores, penas y fatigas; de noche no descansa el corazón. También esto es vaciedad. Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
    [18° Domingo del Tiempo Ordinario. “Sentir con la Iglesia”. 31/Jul/77; I-II, 149]

    Como vemos, el tono de este predicador, del Eclesiastés, parece más bien pesimista, en su vida ha descubierto la caducidad de la vida y la aparente inutilidad de todas las cosas, llevándolo a una amarga convicción, repetida a lo largo del Libro: “¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el sol?” (Ecl 1, 2-3).
     
  2. Mons. Romero ¿cómo interpreta Usted este texto del Eclesiastés?

    Cuando el Antiguo Testamento nos dice: "Vaciedad sin sentido, vaciedad sin sentido, todo es vaciedad" (Ecl 1,2) Es una perspectiva de la creación, prescindiendo del Creador. Todo es vano de veras. Las cosas no tienen sentido en sí misma. Solamente esa autonomía que nos ha dicho el Concilio, es decir, las cosas tienen su ser, su belleza, su propio valor, porque Dios se lo ha dado. Y en este sentido, sí recobran toda su belleza cuando las cosas se miran con esa trascendencia, con esa orientación, con esa perspectiva hacia Dios. Entonces ya no son vaciedad, sino que tienen propia belleza, pero teniendo en cuenta que todo lo están recibiendo de Dios.
    [18° Domingo del Tiempo Ordinario. “Sentir con la Iglesia”. 31/Jul/77; I-II, 149]

    Ciertamente, como dice Mons. Romero, “prescindiendo de Dios” “todo es vaciedad sin sentido” o “vanidad de vanidades”; pero, cuando la vida se mira con esa trascendencia, con esa orientación, con esa perspectiva hacia Dios, entonces ya no es vaciedad, sino que tiene su propia belleza.

  3. Mons. Romero, Usted acaba de mencionar que –según el Concilio Vaticano II– las cosas, la naturaleza, la vida, tienen su propia autonomía, su propio valor ¿podría decirnos cuál es textualmente esta enseñanza del Concilio?

    Cuando miramos las cosas, las riquezas y los bienes de la tierra, sin tener en cuenta a Dios, las cosas se hacen vanas. Así lo describe el Concilio en una de sus frases lapidarias de la Constitución de la Iglesia en el Mundo de Hoy. "La creatura, sin el Creador se desvanece". Y voy a leerles todo ese párrafo del Concilio que me parece el mejor comentario de las lecturas de hoy. Está en la Constitución de la Iglesia en el Mundo Actual en el número 36.
    [18° Domingo del Tiempo Ordinario. “Sentir con la Iglesia”. 31/Jul/77; I-II, 149]
     

    La Constitución de la Iglesia en el Mundo Actual es un importante documento del Concilio Vaticano II que se desarrolló en la Iglesia del año 1962 a 1965; este documento también se conoce con el nombre en latín de “Gaudium et spes”, porque comienza con esas palabra y quieren decir “los gozos y las esperanzas”.

  4. ¿Qué dice textualmente este Documento sobre la preocupación de muchas personas respecto a la autonomía de la sociedad frente a la religión?

    Dice así: Muchos de nuestros contemporáneos, parecen temer que, por una excesivamente estrecha vinculación entre la actividad humana y la religión, sufra trabas la autonomía del hombre, de la sociedad o de la ciencia.
    [18° Domingo del Tiempo Ordinario. “Sentir con la Iglesia”. 31/Jul/77; I-II, 149]
     
  5. Siguiendo siempre el documento de la Iglesia en el mundo actual ¿cómo debe entenderse la legítima autonomía de la realidad terrena frente a la religión?

    Si por autonomía de la realidad terrena se quiere decir que las cosas creadas y la sociedad misma gozan de propias leyes y valores, que el hombre ha de descubrir, emplear y ordenar poco a poco, es absolutamente legítima esta exigencia de autonomía. No es sólo, que la reclamen imperiosamente los hombres de nuestro tiempo. Es que además responde a la voluntad del Creador.
    [18° Domingo del Tiempo Ordinario. “Sentir con la Iglesia”. 31/Jul/77; I-II, 149]
     
  6. ¿Cuándo es falsa “la autonomía de lo temporal”?

    Pero si autonomía de lo temporal quiere decir que la realidad creada es independiente de Dios, y que los hombres pueden usarla sin referencia al Creador, no hay creyente alguno a quien se le escape la falsedad envuelta en tales palabras. La creatura sin el Creador desaparece. Por lo demás cuantos creen en Dios, sea cual fuere su religión, escucharon siempre la manifestación de la voz de Dios en el lenguaje de la creación. Más aún, por el olvido de Dios, la propia creatura queda oscurecida.
    [18° Domingo del Tiempo Ordinario. “Sentir con la Iglesia”. 31/Jul/77; I-II, 149]

    El tema de hoy “vanidad de vanidades” del libro del Eclesiastés nos ha llevado, con Mons. Romero, a la reflexión de este tema actual: “la autonomía de las realidades temporales frente a la religión”.

TEMA 37 LIBROS SAPIENCIALES EL ECLESIASTÉS.pdf

PREGUNTAS PARA LA COMPRENSIÓN y PUESTA EN PRÁCTICA de esta catequesis bíblica romeriana:

  • ¿Qué sabemos del libro del Eclesiastés respecto, por ejemplo, al nombre del libro, al autor, época de composición, contenido, etc.? Estamos invitados a mejorar nuestra cultura bíblica, investiguemos.
  • ¿Cuál es el texto de Eclesiastés que sirve de base a la catequesis de hoy?
  • ¿Cuál es la interpretación que hace Mons. Romero sobre ese pasaje del Eclesiastés 1, 2?
  • ¿En qué aspectos o situaciones de nuestra vida hemos sido o somos “vanidad de vanidades”?
  • Por otra parte ¿De qué manera somos capaces de reconocer el señorío de Dios en nuestras vidas?
  • ¿Qué opinamos de esa controversia entre “autonomía de las realidades temporales” frente a la “religión”?

Finalmente escuchemos el consejo de Mons. Romero para manejar en nuestras vidas la autonomía y no caer en la vanidad de las cosas.

La Iglesia no les va a arrebatar su cultura y su técnica. Es la primera en respetar la autonomía de todas las culturas y de todas las técnicas. Pero sí quisiera decirles, como mensaje de la Iglesia, que se gloríen no sólo de su técnica; que se gloríen de haberse educado en un colegio católico, y que le den inspiración cristiana a todo lo que ustedes van a hacer y valer en el mundo. Que no sean ya la vieja civilización del “tanto vales cuanto tienes”. El hombre hoy no vale por lo que tiene sino por lo que es. Y el hombre es en la medida que es cristiano, porque todo hombre se realiza en la medida en que se realiza según el modelo del Hijo del hombre, Cristo nuestro Señor.
[Las misiones. 30° domingo Tiempo Ordinario. Domingo de las Misiones. 23/oct/1977. I-II, 293]

Hermanas y hermanos, en los próximos días leamos el libro del Eclesiastés, descubramos lo que Dios nos enseña allí y procuremos vivir no con las vanidades terrenales sino según el modelo de Cristo, nuestro Señor.
¡Que Dios nos bendiga!