Querido Papa Francisco:
Nosotros, miembros de los Comités Óscar Romero, inspirados en Jesús de Nazaret y en la espiritualidad del santo Arzobispo salvadoreño, intentamos ponernos del lado de los que más sufren. Por ello queremos trasladarte nuestro apoyo y cariño. En cierto modo, nos recuerdas a Monseñor Romero, quien inspira nuestra organización y nuestras vidas, que se dejó tocar por la realidad de su pueblo, convertido por él, y acabó siendo perseguido por los poderosos de su país y despreciado por algunos de sus compañeros de báculo y finalmente asesinado, como Jesús. Él fue reconocido como santo en la Iglesia, gracias a ti, aunque desde su martirio el pueblo salvadoreño y todos nosotros y nosotras ya lo habíamos reconocido como santo.
Sabemos que a lo largo de tu misión pastoral como Papa, has tenido que enfrentarte a muchas fuerzas oscuras que han dificultado tus propósitos y acciones para actualizar, dignificar, humanizar y mejorar una institución tan compleja como la Iglesia, como reflejaste en la Evangelii Gaudium y en los documentos sinodales. Has optado por una Iglesia pobre al servicio de los pobres, cercana a las personas migrantes. Y nos has hecho tomar conciencia sobre el cuidado y defensa de la Naturaleza (Laudato si).
Asimismo, has mostrado cercanía con las personas homosexuales, que la Iglesia jamás antes ha mostrado. Entre nosotras y nosotros hay personas homosexuales que han tenido que sufrir el desprecio de la Iglesia; convivimos con ellas como hermanas. Éste es uno de los motivos por los que la Iglesia se ha ido alejando cada vez más de la sociedad. Tu presencia nos conforta, porque pones humanidad en un mundo deshumanizado. Tus palabras hablan de migrantes, neoliberalismo, sistemas opresores de la humanidad, guerras, justicia....Hablas de cosas que nos preocupan y ocupan, pero sobre todo, alertas del desastre al que caminamos si proseguimos teniendo una visión cortoplacista de la vida en la Tierra y su sostenibilidad. Creemos que tu corazón sufre por todo ello. Recibe este mensaje como un abrazo cargado de ternura.
Cuando recibes a personajes y dirigentes mundiales insistes en la responsabilidad de contribuir a la paz que nace de la justicia, del respeto a la diversidad y del diálogo como vía de resolución de conflictos y que los recursos que se invierten en armas se destinen al desarrollo de los pueblos.
Te ofrecemos nuestro cariño, respeto y reconocimiento por la frescura que has puesto durante estos años en la Iglesia; eso nos ayuda a seguir trabajando por un mundo donde el amor supere el odio y vivamos la fraternidad universal (Fratelli tutti).
Somos personas que tratamos de vivir en la organización de las esperanzas en torno a los mensajes liberadores de Jesús, iluminadas por las referencias concretas de San Óscar Romero y de tantas personas que entregaron su vida y otras que la entregan cada día en favor del Reino.
Nos une la ilusión de seguir caminando, acompañando los procesos de los pueblos latinoamericanos. Te necesitamos porque vivimos en un mundo cada vez más escorado hacia la alianza de los poderosos que manipulan el concepto de Dios en favor de sus intereses, ya sea desde el mundo político, económico, eclesial o cultural. Nos duele la situación de opresión y represión que vive en pueblo palestino por los que utilizan el nombre de Dios para matar.
Te admiramos, te sentimos nuestro. Necesitamos tus gestos, tus palabras. Te animamos a seguir caminando y levantar tu voz en favor de las personas más olvidadas, de los que más sufren, encarnados hoy en las niñas y niños palestinos. Muchas gracias. Estamos contigo. Deseamos que estés con nosotras y nosotros. Un fuerte abrazo.
Comités Óscar Romero de Europa y Camerún, 20 de febrero de 2024