I.- El Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile reitera su condena a la represión irracional desatada por Carabineros de Chile en contra de manifestantes y de pobladores (tanto en sus territorios como en el interior de sus viviendas), sin respetar a ancianos, niños ni mujeres embarazadas.
El mismo sector social que se autoproclama “pro-vida”, el Presidente de la República y muchos de sus partidarios y directos colaboradores, se jactan de su pertenencia a la Iglesia Católica. Han realizado sus estudios en colegios católicos y en Universidades Católicas. No obstante, su proceder y su indolencia frente al dolor de los pobres, distan de la esencia del Evangelio y no constituyen sino una expresión de cinismo que les permite justificar sus pecados y delitos ante sus deformadas conciencias. Es válido, entonces, preguntarse sobre el sentido de la existencia de la llamada “educación católica”.
II.- La fe debe ser la respuesta a las exigencias del mundo real, respecto del cual la Iglesia Católica ha señalado explícitamente su opción por los pobres, para encarnarse en su mundo anunciando la Buena Noticia, dando esperanza, defendiendo sus causas y participando de su destino.
Los funcionarios de Estado y del gobierno que dicen ser católicos, en las actuales circunstancias de flagrantes violaciones a los derechos humanos, están profanando los “templos del Espíritu Santo”, porque se muestran lejanos del significado de la Iglesia Pueblo de Dios, cuya misión es el servicio al mundo para así “evangelizar a los pobres y levantar a los oprimidos”. (“Lumen Gentium”, 8).
Decimos al gobierno, a sus partidarios, a la prensa, a los “fariseos” contemporáneos y a los pusilánimes, que la paz no es producto del terror ni del miedo. La paz no es el silencio de los cementerios, sino que es dinamismo, generosidad, comunidad de personas donde todos contribuyen al bien común.
III.- En cuanto a la ejecución de los crímenes de lesa humanidad de parte de Carabineros de Chile y de las FFAA., quienes actúan de acuerdo a las órdenes que reciben del gobierno a través de sus jefes directos: conforme a sus conciencias, no deben cumplir órdenes demoníacas en contra de su propio pueblo, entre cuyas familias han nacido y han compartido alegrías y tristezas. Reconozcan que los grandes empresarios y las corporaciones transnacionales los están utilizando como “guardia pretoriana” en el cuidado de sus mezquinos intereses. Uds. son integrantes de sus pueblos. No se dejen utilizar como mercenarios en la realización del “trabajo sucio” en beneficio de quienes oprimen también a Uds. y a sus familias.
Rememoramos las famosas frases de la última homilía de Monseñor Oscar Romero dirigiéndose a las FFAA de su país: “Les ruego, les suplico, les ordeno: en nombre de Dios, cese la represión”.
Comité Oscar Romero, del Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina (SICSAL-Chile).
Santiago de Chile, 12 de noviembre de 2019.