Cuaresma

Enviado por admin el Dom, 01/03/2020 - 19:48
Fernando Bermúdez
Autoría
Fernando Bermúdez

Estamos entrando en CUARESMA, un tiempo de Reflexión y de Conversión, tiempo para hacer un alto en el camino de nuestra vida y revisar seriamente cómo estamos, para conocerse uno a sí mismo y ver qué cosas positivas encontramos en nosotros para potenciarlas, y ver, asimismo, qué aspectos negativos tenemos, para superarlos.

Cuaresma es un tiempo de purificación, para arrancar de nosotros aquello que nos esclaviza interiormente. Es tiempo de arrojar de nuestra mente y de nuestro corazón los pensamientos y sentimientos vanos y superfluos, que nos perjudican. Es el tiempo de liberarnos del egoísmo, el odio, el rencor, las actitudes violentas, la pereza, la soberbia, la envidia, el afán de tener cosas, la inseguridad, las preocupaciones, el miedo al futuro, los temores o pasiones que nos esclavizan.

Cuaresma es tiempo de nuevas oportunidades para descubrir la presencia amorosa de Dios en nuestra vida, en la salud y en la enfermedad, en los que nos rodean y en todos los acontecimientos de la historia, en la naturaleza y en el cosmos. Dios nos habla. Para escucharle es necesario el silencio interior.

Cuaresma es tiempo de peregrinación interior a través del desierto de nuestras limitaciones, debilidades y problemas, para fortalecernos y animarnos con la fuerza del Espíritu de Dios que habita en nuestros corazones. Por eso la Cuaresma es tiempo de silencio, de oración y de encuentro íntimo con Dios, quien nos ama con inmensa ternura, nos comprende, nos perdona y siempre nos levanta y acoge en su corazón de Padre.

Cuaresma es tiempo de solidaridad con los que sufren, consolando a los enfermos y los ancianos, solidarizándonos con los que se han quedado sin trabajo y acogiendo a los inmigrantes. Es tiempo de compartir lo que somos y tenemos con los más necesitados.

Cuaresma es también tiempo de solidaridad con los pueblos que pasan hambre o que sufren la guerra, pues todos los seres humanos somos hermanos aunque estén lejos. Es tiempo de solidaridad con las comunidades cristianas de Palestina, que son nuestra Iglesia Madre.

El mundo necesita un cambio en lo social, en lo económico, en lo político, en lo cultural y en lo religioso. Sólo los hombres y mujeres transformados con una nueva conciencia y un nuevo corazón, apasionados por la justicia y amantes de la paz; hombres y mujeres respetuosos con todas las personas, particularmente con las que provienen de otras culturas y religiones,; hombres y mujeres acogedores y abiertos al diálogo, serán capaces de transformar el mundo. Todavía hay esperanza. Cuaresma es una oportunidad.

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