Se cumplieron 4 años del asesinato de Berta Isabel Cáceres, y la demanda por justicia no para. Varias organizaciones nacionales e internacionales se dieron cita, esta semana, en el centro de capacitación Utopía, la sede del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, Copinh, en La Esperanza, Intibucá.
Las organizaciones están claras que la lucha de Berta Cáceres debe continuar. Berta anima la lucha en los territorios por la defensa del agua y los bienes comunes en general.
El 02 de marzo de 2016, Berta Cáceres, fundadora y coordinadora del Copinh, fue asesinada en su casa donde además atentaron contra la vida del activista mexicano Gustavo Castro. A cuatro años de su asesinato la demanda sigue siendo justicia para los autores intelectuales del asesinato y la cancelación de los proyectos extractivistas que ponen en peligro la existencia de los pueblos originarios de Honduras.
En varias ocasiones, tanto el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, Copinh, la familia Cáceres y diversas organizaciones nacionales e internacionales han denunciado que los tribunales los excluyen del proceso de investigación en un claro acto para proteger a los empresarios que forman parte del cuadro de autores intelectuales del crimen de Cáceres.
Y lo más triste de todo, que a cuatro años de su asesinato, la concesión sobre el río Gualcarque sigue vigente a pesar de que se ha demostrado, en varios procesos penales, todas las irregularidades que existieron alrededor de la anómala e ilegal concesión.
Lo cierto que la siembra de Berta Cáceres sigue alimentando las esperanzas y las utopías de un pueblo que lucha, y cuya lucha se da a pesar de los obstáculos, las persecuciones y los asesinatos en uno de los países más peligrosos para los defensores y defensoras de la madre tierra.
Berta Cáceres, ganadora del Premio Goldman 2015 por su labor ambiental, fue asesinada pese a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, había pedido al Estado hondureño medidas cautelares de protección para su vida.
La mejor justicia que puede haber para Berta Cáceres y para el pueblo de Honduras, es vivir en un país de territorios libres, un país con justicia y un país con democracia, una apuesta que no es gratis por lo que se necesita que exista una articulación entre todos los sectores, sin sesgos de ningún tipo y poniendo por delante los objetivos comunes. Berta nos lo demanda.