ANTE LA SITUACIÓN EN ECUADOR, COMUNICADO DE SICSAL OSCAR ROMERO

Enviado por Secretaría SICSAL el Mar, 28/06/2022 - 12:39
Foto Conaie
Autoría
SICSAL Oscar Arnulfo Romero, foto CONAIE

Ante la grave situación por la que está pasado el hermano pueblo de Ecuador, el Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los Pueblos de América Latina – SICSAL manifestamos:

  1. LOS HECHOS: EL PARO NACIONAL EN ECUADOR. Desde hace dos semanas hemos venido siguiendo solidariamente el proceso de reclamos y denuncias de los pueblos originarios del Ecuador liderados por la “Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador” (CONAIE), la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE), el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador (FEINE), la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (FENOCIN), la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari). Consideramos que este movimiento es JUSTO y parte del proceso histórico de DIGNIFICACIÓN de los pueblos originarios de la Pachamama (Madre Tierra) que, a lo largo de los últimos cinco siglos, de diversas maneras y en distintas latitudes han tenido lugar.

  1. UN SIGNO DE LOS TIEMPOS. Desde nuestra perspectiva de fe, consideramos que este movimiento indígena - popular y sociopolítico como un SIGNO DE LOS TIEMPOS, es parte de lo que hace ya, un poco más de 50 años, los obispos latinoamericanos reunidos en Medellín, describieron como:

El umbral de una nueva época histórica de nuestro continente, llena de un anhelo de emancipación total, de liberación de toda servidumbre, de maduración personal y de integración colectiva. Percibimos aquí los pre anuncios en la dolorosa gestación de una nueva civilización. No podemos dejar de interpretar este gigantesco esfuerzo por una rápida transformación y desarrollo como un evidente signo del Espíritu que conduce la historia de los hombres y de los pueblos hacia su vocación. No podemos dejar de descubrir en esta voluntad cada día más tenaz y apresurada de transformación, las huellas de la imagen de Dios en el hombre, como un potente dinamismo. Progresivamente ese dinamismo lo lleva hacia el dominio cada vez mayor de la naturaleza, hacia una más profunda personalización y cohesión fraternal y también hacia un encuentro con Aquel que ratifica, purifica y ahonda los valores logrados por el esfuerzo humano. (Doc. Medellín. Introducción)

En continuidad, la reunión de los obispos en Puebla (1979), constató que si “la Conferencia de Medellín apuntaba ya, hace poco más de diez años, la comprobación de este hecho: «Un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una liberación que no les llega de ninguna parte». El clamor pudo haber parecido sordo en ese entonces. Ahora es claro, creciente, impetuoso y, en ocasiones, amenazante (Puebla, Conclusiones 88). Ahora, medio siglo después, estas consideraciones tienen siempre actualidad, nos iluminan para comprender el contexto ecuatoriano y latinoamericano, y orientan nuestro actuar.

  1. LLAMADO AL DIALOGO. Saludamos con esperanza, lunes 27, el inicio del diálogo entre las organizaciones indígenas y los cinco poderes del Estado Ecuatoriano “con la intención de canalizar espacios técnicos y eficientes para que las demandas de la agenda nacional de 10 puntos tengan resultados y sean garantizadas”.

En este contexto recordamos –y hacemos nuestras– las palabras sabias del Papa Francisco en su Exhortación Pastoral “la Alegría del Evangelio” (números 239-240):

Es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones. El autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente y su cultura, no es una clase, una fracción, un grupo, una élite. No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo. Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural. Al Estado compete el cuidado y la promoción del bien común de la sociedad. Sobre la base de los principios de subsidiariedad y solidaridad, y con un gran esfuerzo de diálogo político y creación de consensos, desempeña un papel fundamental, que no puede ser delegado, en la búsqueda del desarrollo integral de todos. Este papel, en las circunstancias actuales, exige una profunda humildad social.

Gracias a la tecnología moderna estamos, precisamente, escuchando –en el inicio de este diálogo– “ese clamor” de los pueblos y nacionalidades indígena de Ecuador; hacemos nuestras sus demandas, esperamos que sus justas sean escuchadas y pedimos se encuentren soluciones reales. Su sabiduría ancestral, su constancia y su resistencia una vez más puestas a prueba, motivan e iluminan el caminar latinoamericano. Pero, por otra parte, lamentamos la ausencia del presidente de Ecuador, señor Guillermo Lasso, en este importante diálogo.

  1. NO A LA REPRESIÓN. Sentimos mucho el asesinato de cinco hermanos y más de 200 heridos en estos 15 días de movilizaciones en Quito y en todo el país, nos solidarizamos con las víctimas y sus familias y elevamos nuestras plegarias por quienes cayeron en la lucha. Hacemos un llamado al Gobierno y a las Fuerzas “fuerzas del orden” a mantener la cordura y evitar la represión militar -policial para que no se den más pérdidas de vidas humanas; les recordamos el llamado profético de San Romero de América, inspirador de nuestra organización:

Yo quisiera hacer un llamamiento muy especial a los hombres del Ejército, y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles: Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y, ante una orden de matar que dé un hombre, debe de prevalecer la ley de Dios que dice: ‘No matar’. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el Gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!”. (23 marzo 1980)

Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad, 27 de junio de 2022

 

Mons. Raúl Vera López (México) Rvda. Emilie Teresa Smith (Canadá)

Co-Presidente Co-Presidenta

Consejo Directivo: Vidal Rivas (Estados Unidos), Maricarmen Montes (México),

Kora Martínez (Centroamérica), Julín Acosta (Caribe), Gerardo Duré (Cono Sur),

José Manuel Mira (Europa), Sean Cleary (Asia-Pacífico)

Abilio Peña Buendía (Colombia) secretario; Armando Márquez Ochoa (El Salvador) secretario

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