- ¿Qué nos reúne hoy acá a los 50 años del Golpe y del asesinato de Joan Alsina?
Especialmente a mi parecer hacer memoria de las y los afectados por la cruel dictadura cívico militar de Pinochet en Chile que significó muchas víctimas de las que sólo están documentadas por las Comisiones de Verdad 3.227 muertos, 1.102 de los cuales se encuentran aún desaparecidos. Además hay 38.254 víctimas de prisión y 70.000 de tortura, que relataron sus casos ante comisiones oficialmente preparadas y constituidas para ello. A esto hay que agregar la vejación que sufrió la población civil en general, en los allanamientos, despidos de los trabajos, exilios, relegaciones, etc.
Entre los anteriores Joan es uno de ellos y ellas, de los que habría tanto que hablar, pero nos centraremos en Joan, a quien personalmente solo conocí por testimonios de quienes convivieron con él, en las romerías a su tumba, en los aniversarios en el lugar de su asesinato y en su hermana María a quien tuve el gozo de conocer, en la casona de ese recordado Castelló Ampuries, donde ambos nacieron. A partir de todo esto debo decir que Alsina influyó profundamente en mi vida en lo que a continuación indico. - Sobre el testimonio de vida de Joan, me centraré en su proceso final, me impresiona profundamente su testamento espiritual que nos trasmitiera el también catalán y amigo de Joan, Miguel Jordá, cuya investigación al respecto no habría cómo agradecerle. En ello destaco frases escritas la noche previa a su asesinato, tales como “pusimos vino en odres viejos y hemos perdido vino y odres… de momento” cuál sería su estado de ánimo, luego de la enorme esperanza y esfuerzos depositados en la Unidad Popular haber llegado a ese trágico final. Es la desazón de los discípulos de Emaús del Evangelio, tantas ilusiones frustradas. Y el sentimiento profundo de miedo “Dios mío aparta de mi esta persecución…" y la duda si seguir en su puesto o aceptar los consejos de refugiarse en la embajada.
- Tampoco le faltan momentos de serenidad y esperanza cuando escribe “Es terrible la montaña quemada, pero es de esperar que de sus cenizas vuelva a brotar la vida. Y si el grano de trigo no muere no da fruto.
- Todo se asemeja al proceso de Jesús en el monte de los Olivos.
- Pronto llegó su momento, un hombre bueno, sin tacha, es detenido y golpeado, violentamente sacado del hospital e inicia el recorrido de su viernes santo que terminará en las frías aguas del rio Mapocho en el puente Bulnes.
- Mirando de frente al pobre soldado obligado a dispararle, le pide “Por favor no me pongas la venda. Mátame de frente porque quiero verte para darte el perdón”, también a ejemplo de Jesús sus últimas palabras fueron “Padre perdónales…” . 50 años después acá estamos, siempre agradecidos de su legado.
- ¿Y que estamos viviendo hoy en Chile me preguntáis? ¿Qué queda de aquella noble utopía de la Unidad Popular, socialismo en democracia con la que Joan se entusiasmó y apostó? A lo largo de estos 50 años hemos vivido un largo y profundo proceso de transformaciones, convirtiéndonos en un modelo en que los líderes mundiales del neoliberalismo aplauden por avances económicos, que van en beneficio de unas pocas familias, mientras las mayorías subsisten a base de carencias y de esclavizarse en el consumismo a base de endeudarse con los bancos.
Todo este clima de injusticia, nos llevó a la llamada “revuelta” o “estallido social” de 2019, donde el pueblo se lanzó a la calle, demandando derechos esenciales conculcados. El poder, luego de una cruel represión, paró el proceso respondiendo a la demanda de Nueva Constitución, cuyo funcionamiento, no exento de trampas, permitió una gran movilización y la generación de un documento realmente valioso. Los poderes económicos y la derecha a su servicio, no podían aceptarlo y mediante una campaña millonaria de falsas noticias y tergiversaciones, lograron se rechazara por una relativa mayoría. Enseguida los partidos políticos presentes en el parlamento, sin presencia del pueblo soberano y sus organizaciones, diseñó otro proceso para el cual la extrema derecha fascista logró amplia mayoría de constituyentes por lo que todo aconseja su rechazo. Tampoco es descartable que esta derecha fascista obtenga la presidencia en los próximos comicios. Y en el marco del negacionista partido Republicano, que a 50 años del Golpe, se atreve a justificar el golpe y responsabilizar a las víctimas de lo ocurrido, lo que es motivo de gran preocupación.
En síntesis, el momento sociopolítico en Chile es complejo, la clase política totalmente denostada por la mayoría de la población, el gobierno que partiera con un programa de amplias reformas, sin mayoría en el parlamento y con una derecha que boicotea y se opone a todo avance en materias importantes para la gente, se ha plegado a los intereses de la oligarquías nacional e internacional, sometida a las políticas que imponen aquellas y a las agendas internacionales que instala el imperio norteamericano y sus aliados europeos. Todo lo anterior alimentado, como en otros países por los grandes medios de comunicación propiedad de los grupos hegemónicos, contribuye a la creación de este ambiente de descontento, en buena parte por un importante aumento de crímenes y de poder en los territorios, de los carteles de la droga y otras organizaciones delictuales, mientras por otro lado se militariza el territorio Mapuche, avanzan los proyectos extractivistas que destrozan la biodiversidad de un país muy bello y a ello se unen las falsas soluciones energéticas, como el hidrógeno verde que se está impulsando. Por cierto que hay mejoras que celebrar y que serían impensables en un gobierno de derecha, en beneficios sociales para los grupos más desfavorecidos y empeño especial en avanzar en la reparación aún pendiente de las violaciones a DD.HH. y desapariciones de la dictadura, dada la lentitud de los tribunales, obstante los avances logrados en este ámbito que ya los quisierais en el estado español, y que las fuerzas armadas se niegan a entregar toda la información que solo ellos pueden poseer.
Y en este contexto ¿qué ha significado la sangre derramada por Joan Alsina y todos y todas nuestras víctimas de la dictadura y de las políticas aplicadas en la transición a la democracia que perfeccionaron el modelo económico impuesto por la dictadura a sangre y fuego? Pues sin duda está germinando en la variedad de organizaciones culturales, feministas, ecologistas, sindicales, no a los TPPs, de comunicación alternativa, cooperativas de vivienda o consumo, de agricultura familiar y soberanía alimentaria, cristianos de base, etc. El gran desafío estaría a mi parecer en desarrollar el movimiento popular y unificarnos en un proyecto común y solidario que nos permita retomar “las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libres”, como diría el mártir presidente Salvador Allende.
Para terminar.
Al conmemorar los 50 años del Golpe militar y del asesinato de Joan Alsina reafirmamos que nuestro hermano y todas y todos los martirizados, están más vivos que nunca, y nosotras y nosotros reunidos hoy, somos parte de su presencia viva. Los sueños que compartió Joan con el Pueblo chileno, son universales y de justicia y a nosotros nos toca comprometernos en ello. Como diría nuestro mártir San Romero de América, “resucitaré en el pueblo Salvadoreño”, Joan Alsina, resucita cada día en el pueblo digno chileno y por lo que estamos percibiendo también en este digno pueblo Catalán y nos sigue llamando a generar vida y a dar frutos de justicia para todos nuestros pueblos, así, eliminando toda opresión y miseria podamos vivir en Paz y Armonía como hermanas y hermanos.
Muchas gracias.
Intervención de José Frias en el acto celebrado en Figueres (Girona).