Un drama que sacude la conciencia europea
El Mediterráneo ya no es solo agua salada. Es también sangre y lágrimas. Hombres, mujeres y niños hambrientos de paz y de pan huían de sus países en busca de una vida digna en una rústica barcaza procedente de Turquía. Las víctimas mortales superarán el centenar, ya que solo han sido rescatadas 81 personas y en el barco viajaban unos 200 afganos, irakíes, iraníes, paquistaníes y somalíes, seres humanos que buscaban escapar de la pobreza, la opresión y la violencia.